La Guardia Civil de Albacete ha dado un golpe contundente al tráfico de drogas en la provincia tras desmantelar tres centros de producción de cannabis sativa, ubicados en la pedanía de El Salobral y en urbanizaciones de las afueras de la capital.

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Según informa Europa Press, la operación, denominada “Larbolas”, ha culminado con la detención de cinco personas, de entre 34 y 80 años, y la incautación de más de 127 kilos de droga, principalmente marihuana, además de hachís y diverso material relacionado con el cultivo y la distribución.

Las pesquisas comenzaron en octubre de 2024, cuando los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) detectaron movimientos sospechosos en una vivienda de El Salobral.

La vigilancia permitió constatar que las estancias superiores de la vivienda estaban siendo utilizadas para el cultivo indoor de cannabis sativa, con visitas frecuentes de dos personas encargadas de supervisar el estado de la plantación.

El avance de la investigación llevó a los agentes a descubrir otras dos plantaciones, una de ellas especialmente sofisticada, ubicada en el subsuelo de una parcela en una urbanización, acondicionada como un búnker de unos 100 metros cuadrados.

Esta estructura estaba recubierta de cemento y forjado, equipada con sistemas de ventilación, filtros de carbón activado y tecnología de última generación para riego, iluminación y refrigeración, lo que dificultaba su localización y facilitaba la producción a gran escala.

En los registros realizados en dos viviendas y el búnker, la Guardia Civil intervino 660 plantas de cannabis sativa en avanzado estado de floración, 1.637 gramos de cogollos preparados para su venta, 251 gramos de hachís, dos armas largas (una real y una simulada), básculas de precisión y todo tipo de material para el cuidado de las plantaciones.

Se estima que con la droga incautada se podrían haber elaborado hasta 95.000 dosis para el mercado ilícito.

Los cinco detenidos formaban un grupo perfectamente organizado: tres de ellos se encargaban del cuidado y vigilancia de los cultivos, mientras que los otros dos gestionaban el abastecimiento, mantenimiento y posterior comercialización.

El mayor de los arrestados, de 80 años, cedía la parte superior de su vivienda para el cultivo a cambio de una compensación económica.

Además de los delitos contra la salud pública por tráfico de drogas, los detenidos también han sido acusados de defraudación de fluido eléctrico, ya que las plantaciones funcionaban mediante enganches ilegales a la red eléctrica, lo que les permitía maximizar beneficios y reducir costes de producción.

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