"Nos mantenemos firmes. La UE acaba de aprobar su paquete de sanciones más dura contra Rusia hasta el momento. Vamos a recortar el presupuesto de la guerra del Kremlin un poco más al perseguir 105 barcos fantasma, sus patrocinadores y limitando el acceso de los bancos a fondos". La Alta Representante de Política Exterior y Seguridad de la UE, Kaja Kallas, se refería así al décimo octavo paquete contra el Kremlin.

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha subrayado: "Estamos atacando el corazón de la maquinaria bélica de Rusia. Nos centramos en sus sectores bancario, energético y militar-industrial, e incluimos un nuevo límite dinámico al precio del petróleo. La presión está ahí. Y seguirá ahí hasta que Putin ponga fin a esta guerra".

Eslovaquia, caballo de batalla

Esta medida ha sido posible después de que Eslovaquia retirara su veto. Eslovaquia se quejaba de los riesgos económicos derivados de la prohibición de comprar combustible ruso a partir de 2028.

"En este momento sería contraproducente continuar con el bloqueo del paquete décimoctavo de sanciones, porque todas las posibilidades de negociaciones están hasta este momento agotadas, y proseguir en la posición de bloqueo pondría en peligro nuestros intereses", escribió en redes sociales el primer ministro eslovaco, el populista Robert Fico, en la noche de este jueves.

Con una actitud numantina, Eslovaquia impidió la aprobación de este paquete en seis ocasiones, puesto que requiere voto por unanimidad. Bratislava aprovechó para asegurarse de que podría seguir adquiriendo gas ruso, del que es dependiente.

"El gobierno eslovaco y la Comisión han acordado otras garantías internas, lo que no cambia nada en que nunca vamos a apoyar la propuesta de parar el flujo de gas ruso desde enero de 2028", se ha ratificado Fico.

El primer ministro eslovaco, que sufrió un atentado que casi le cuesta la vida el 15 de mayo de 2024, es uno de los aliados de Vladimir Putin en la Unión Europea. Fue el único dirigente de los Veintisiete presente el 9 de mayo en las conmemoraciones del fin de la Segunda Guerra Mundial.

"A continuación empieza la segunda etapa de nuestra pugna con la Comisión Europea sobre la cuestión del gas ruso", ha dicho el político eslovaco, que ya obtuvo de la UE una excepción a la prohibición de contratos al contado para los Estados miembros sin litoral, lo que permitiría seguir comprando gas ruso incluso tras la entrada en vigor del veto total. Según informa la agencia Efe, Bratislava también logró una "cláusula de suspensión" que permitiría dejar en pausa la prohibición si se compromete la seguridad energética o se disparan los precios energéticos.

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