El problema de los límites políticos entre Tailandia y Camboya es uno de los conflictos latentes que se vienen arrastrando desde hace tiempo. En concreto existe desde que se definieron los límites de Camboya a principios del siglo XX. Aún hay zonas en litigio. Hay quien lo reduce a una cuestión de selvas y templos en ruinas, pero no se trata de esto, sino del reclamo de parte del país vecino. Este hecho ha provocado que durante décadas se hayan reproducido accidentes armados y escaladas de tensión entre los dos países.

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La última importante tuvo lugar en 2011 en la misma zona donde ha empezado la actual, en la cercanía del templo de Preah Vihear, adjudicado a Camboya en 1962, pero cuyas áreas alrededor no están delimitadas como tailandesas y camboyanas.

Pero más allá de las zonas no delimitadas, nos encontramos con que este conflicto va más allá, debido a las diferentes alianzas regionales y globales que mantienen cada uno de estos países. Entre los principales socios de Tailandia están Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, como también la Unión Europea. Por otro lado, los principales aliados de Camboya son China y Vietnam. Recordemos que el rey de Camboya, durante los Jemeres Rojos, se alojó como refugiado político en Pekín y Pyongyang. Además, han ayudado militarmente al país a rearmarse después del mandato de Naciones Unidas,

La ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático) también ha sido espacio de disputas entre ambos países, sobre todo en lo vinculado en los límites territoriales. Camboya pide que la organización asiática tome parte activa y sea un lugar de debate, mientras que Tailandia exige que sean resueltas las diferencias de manera bilateral. Las tensas relaciones entre ambos Estados desde hace décadas son una de las piedras en el zapato de la ASEAN, que cada vez que busca una mayor integración y unos marcos de cooperación choca con Camboya o con Tailandia.

Si comparamos las capacidades militares de los dos países se puede evidenciar que Camboya no puede suponer una amenaza real para Tailandia, debido a la superioridad en todos los aspectos de Bangkok. Tailandia cuenta con 360.000 soldados, y Camboya unos 120.000 soldados. Tailandia tiene una de las mejores fuerzas aéreas de la región asiática, donde los principales proveedores son Estados Unidos y Suecia. Además, Tailandia supera en capacidad logística, tecnológica y proyección a Camboya en todos los ámbitos. Ni en casos de guerra de guerrillas, sería un rival.

Por esta razón, es interesante observar cómo en cada rueda de prensa las autoridades de Tailandia afirman que no quieren escalar más, pero añaden que no permitirán que les sigan atacando. Una guerra sería desastrosa en la región, y podría dar lugar al movimiento de millones de refugiados.

Estamos en un escenario incierto donde seguramente acabará interviniendo la ONU, o algún actor regional como Malasia"

Las acusaciones sobre cómo y quién originó el conflicto son recíprocas: los tailandeses acusan a los camboyanos, y los camboyanos a los tailandeses de prender la mecha. Pero la cuestión va mucho más allá porque dista mucho de querer cerrarse, y acordar definitivamente donde termina uno y otro país. Institucionalmente, los dos países han utilizado esta cuestión para un resurgir nacionalista. En Tailandia ha servido como cohesionador en plena ola de falta de credibilidad por parte del gobierno actual, mientras que en Camboya se ha empleado para pasar por encima la cuestión sucesoria presidencial del primer ministro Hun Sen al primer ministro, e hijo, Hun Manet, quienes desde 1985 gobiernan el país.

En el caso de Tailandia la cuestión va más allá, porque la primera ministra Paetongtarn Shinawatra se refirió al primer ministro Hun Sen de manera cariñosa, y por esta razón el Tribunal Constitucional tailandés la suspendió de primera ministra por conducta ética inapropiada el 1 de julio de este año. Además, se dijo que Hun Sen filtró deliberadamente la llamada para provocar una crisis política en Tailandia. En consecuencia, la familia Hun y la familia Shinawatra, de la que también forma parte el ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, han roto relaciones. Hun Sen había acogido en su exilio a Thaksin Shinawatra.

En conclusión, podemos ver cómo en el caso de este conflicto fronterizo se entrelaza la cuestión doméstica, la cuestión regional de la ASEAN y la cuestión internacional. Estamos en un escenario incierto donde seguramente acabará interviniendo la ONU, o algún actor regional como Malasia, que ya ha solicitado que cesen los combates. Tailandia ha respondido que confían en que acaben pero que seguirán defendiéndose si son atacados.


Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. 

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