Conseguir que la mampara de la ducha brille como el primer día puede llegar a considerarse una tarea casi imposible de lograr. Con el tiempo las mamparas tienden a acumular suciedad que provocará la aparición de manchas blancas que opacan el vidrio y son muy difíciles de poder eliminar. No obstante, hay un método infalible que es capaz no solo de limpiar, sino de proteger el cristal de forma que no sufra daños severos. Este truco, fundamentado en principios químicos, se está convirtiendo en el remedio más eficaz para quienes desean mantener sus mamparas como el primer día sin tener que recurrir a costosos y dañinos tratamientos.

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Cómo actúa la cal sobre las mamparas de ducha

Las mamparas de ducha no dejan de acumular cal o restos orgánicos. El sarro que se forma por la cristalización de los minerales en el agua como el calcio y el magnesio tiene un origen inorgánico. Cuando el agua se disipa, los restos de agua se adhieren al vidrio dejando una serie de residuos blanquecinos. Estos se acumulan con residuos de jabones y champús generando un compuesto llamado estearato  que resulta mucho más difícil de eliminar sin la intervención de productos específicos para hacerlo.

Los efectos de una mala limpieza

Una limpieza superficial con productos tradicionales sólo se encarga de los residuos orgánicos, pero el sarro inorgánico permanece pegado y endureciéndose. Si la capa superficial de residuos no se trata se desarrolla un entorno ácido capaz de deteriorar la superficie de cristal, fenómeno que puede conllevar alteraciones químicas que dejan efectos irreversibles en el cristal, y solo se pueden eliminar mediante las técnicas profesionales y a base de rodillos de pulido.

Limpiar las mamparas sin dañarlas

El consejo para poder limpiar a consciencia las mamparas de duchas consiste en una aplicación doble de productos que todos tenemos en casa. Primero preparar una mezcla de agua y jabón líquido para platos. Se generará una solución desengrasante capaz de desprender los residuos orgánicos que pudieran quedar incrustados sobre la superficie del cristal. Tras pasar una esponja y aclarar, se extiende vinagre de limpieza o vinagre industrial, un ácido suave pero efectivo que actuará disolviendo los restos de minerales incrustados.

La importancia de seguir el orden correcto

El éxito del sistema propuesto dependerá del orden de aplicación. Se debe comenzar el proceso con el desengrasante ya que favorece la eliminación de la capa superficial de grasa y jabón, y después se enjuaga. A continuación se debe extender el vinagre sobre la superficie y así se logrará maximizar sus efectos sobre la cal. Se aclara de nuevo solamente con agua en abundancia y se seca con un paño de microfibra para evitar nuevas marcas. Y con ello no solo se irán las manchas que ya se presentaban, sino que también evitaremos la formación de nuevas.

Cómo evitar que las mamparas vuelvan a mancharse

La prevención como parte del mantenimiento

El secreto para conservar las mamparas en buen estado es la prevención. Secar el cristal con espátula de goma después de cada ducha impide la acumulación de agua y por tanto de minerales. Introducir este sencillo gesto en la rutina diaria previene manchas y reduce las limpiezas intensivas.

La frecuencia ideal para la limpieza profunda

A pesar que la limpieza diaria contribuye a evitar los residuos, también se recomienda llevar a cabo una minuciosa limpieza semanal con vinagre y desengrasante; de esta manera no sólo se mantiene el brillo del vidrio, sino que se evita también que la resolución de un pH ácido generado por el residuo afecte de forma "permanente" el cristal. Manteniendo unas rutinas y productos adecuados es posible mantener unas mamparas limpias, transparentes y con ausencia de cal durante años.

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