La tasa de emancipación juvenil en España cayó en el segundo semestre de 2024 al 15,2%, el nivel más bajo desde 2006, según el informe semestral sobre emancipación presentado este martes por el Consejo de la Juventud de España (CJE) con motivo del Día de la Juventud.

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El estudio señala que una persona joven asalariada tendría que dedicar el 92,3% de su sueldo para alquilar una vivienda en solitario, cuyo precio medio a finales de 2024 alcanzó los 1.080 euros mensuales, la cifra más alta desde que existen registros. Incluso el alquiler de una habitación, con un precio mediano de 380 euros, superaba el umbral del 30% recomendado por organismos internacionales.

El CJE estima que, en el mejor de los casos, un joven necesita más del 35% de su salario para acceder a un cuarto en un piso compartido. En un año, 102.203 personas jóvenes han dejado de vivir fuera del hogar familiar.

Por géneros, la tasa de emancipación femenina fue del 17,7%, cinco puntos más que la masculina. Según el técnico de investigación del CJE, Manuel Mejías, esta diferencia podría estar relacionada con "la acumulación de recursos, no solo de renta y riqueza, sino también con diferentes trayectorias de emparejamiento".

Cuatro años de sueldo para la entrada de un piso

El informe refleja que Madrid y Cataluña registraban las tasas más altas de emancipación (17,9% y 17,6%), frente a Castilla-La Mancha (10,6%) y Andalucía (12%) en la parte baja. El salario mediano de la juventud asalariada subió un 11% interanual, hasta los 14.046,52 euros anuales, y la tasa de paro descendió al 19,1%, su mínimo en un segundo semestre desde antes de la crisis de 2008. Sin embargo, estas mejoras no han compensado las dificultades de acceso a la vivienda.

En cuanto a la compra, el precio medio se situó en 197.210 euros, lo que implicaría dedicar el salario íntegro de 14 años para adquirir una propiedad. La entrada, estimada en 59.000 euros, supondría el ahorro completo de cuatro años de sueldo.

El alquiler es el régimen de tenencia predominante entre la juventud emancipada (57,9%). Solo el 19,7% vive sola y el 29,3% comparte piso. A finales de 2024, el 26,4% de los jóvenes con empleo estaba emancipado, lo que significa que más de siete de cada diez seguían en el hogar familiar.

Un tercio de los jóvenes en riesgo de exclusión

El CJE advierte de que el 30% de la población joven está en riesgo de pobreza o exclusión social, un porcentaje que alcanza al 18,8% de quienes tienen empleo y supera el 50% entre los parados. Más de seis de cada diez jóvenes han completado estudios más allá de la educación obligatoria, pero la formación superior no garantiza la independencia residencial.

La presidenta del CJE, Andrea González Henry, ha subrayado que "la democracia no puede construirse sin que los jóvenes puedan vivir con autonomía, desarrollarse sin barreras económicas y tener oportunidades para construir su presente y futuro".

Entre sus demandas, el organismo pide aplicar de forma efectiva la Ley por el Derecho a la Vivienda, reformar el Bono Alquiler Joven para que alcance a toda la población destinataria, modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos y destinar un 40% del parque público de vivienda a la juventud. Según el responsable de socioeconómica del CJE, Javier Muñoz, "cualquier tipo de mejora en el ámbito laboral queda en nada ante el elevado precio de la vivienda", fruto –afirmó– de "políticas públicas que sitúan a la vivienda como un bien de mercado con el que especular y enriquecerse".

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