El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (COVITE) ha denunciado la concesión de dos nuevos terceros grados a presos de ETA que son "considerados presos políticos por la izquierda abertzale" y que no han dado muestras de "arrepentimiento". Se trata de Mikel Otegi y Ana Belén Egües, cuyas progresiones de grado la asociación las considera "fraudulentas". Recuerda que no cumplen con el artículo 90 del Código Penal que obliga a acreditar "signos inequívocos de haber abandonado los fines y medios de la actividad terrorista" y haber colaborado activamente con las autoridades para "atenuar los efectos de su delito" o bien para la "identificación, captura y procesamiento de responsables de delitos terroristas".

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A través de un comunicado, Covite ha asegurado que ambos presos de la banda siguen siendo "exhibidos y tratados como héroes por la izquierda abertzale". Recuerda que su imagen ha sido empleada en diversos actos, como la 'Korrika' -carrera en favor del euskera- de 2024. Apunta que en el caso de Otegi el ayuntamiento de su localidad natal, Itsasondo (Gipuzkoa), incluso llegó a organizar una exposición con sus pinturas que fueron exhibidas en un recinto municipal.

Otegi fue condenado a 25 años de prisión por el asesinato de los ertzainas José Luis González e Ignacio Jesús Mendiluce en Itsasonso. Por su parte Egües cumple 30 años de condena por varios asesinatos e intentos de asesinato, depósito de armas y explosivos. Entre sus víctimas mortales figuran el policía Luis Ortiz de la Rosa y los militares Justo Oreja Pedraza y Pedro Antonio Blanco García.

La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, considera que si el Gobierno vasco continúa con la concesión de este tipo de "terceros grados fraudulentos" y la Fiscalía de la Audiencia Nacional no los recurre, "pronto veremos cómo se vacían las cárceles de presos de ETA": "Será además en los términos en que siempre ha querido la izquierda abertzale: sin arrepentirse de sus crímenes".

Ordóñez lamenta que el Ejecutivo de Pradales opte por sustituir el requisito del arrepentimiento por unas "cartas manuscritas que nunca se hacen públicas". Señala que entretanto los presos de la banda se dejan instrumentalizar por parte de la izquierda abertzale mediante una "exhibición pública constante" ante las víctimas: "Esas cartas son una burla a la ley y un insulto a las víctimas, a las que se nos pide un acto de fe. No se puede estar con la izquierda abertzale y estar arrepentido"

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