El jefe del Estado Mayor de Israel, Eyal Zamir, ordenó en la madrugada de este sábado “avanzar en la preparación para la implementación de la primera fase del plan Trump para la liberación de los rehenes”, un paso que el Gobierno israelí interpreta como el inicio del proceso hacia un alto el fuego en Gaza. Sin embargo, a pesar del aparente gesto de apertura, los ataques aéreos sobre el enclave palestino continuaron con intensidad, dejando al menos nueve muertos, entre ellos tres niños, según fuentes médicas locales citadas por Efe.

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En un comunicado, el Ejército israelí explicó que Zamir convocó una “evaluación especial de la situación” tras el anuncio del grupo islamista Hamás, que declaró su disposición a liberar a los rehenes bajo las condiciones del plan propuesto por el expresidente estadounidense Donald Trump. No obstante, Hamás subrayó su intención de negociar previamente los detalles del acuerdo de paz antes de proceder a la implementación de las fases previstas.

Zamir enfatizó en dicha reunión que la seguridad de las tropas y de la población israelí “es una prioridad absoluta”, y ordenó mantener un “alto nivel de alerta y vigilancia”, acompañada de una rápida capacidad de reacción frente a cualquier amenaza o ataque proveniente de Gaza.

El Gobierno israelí anunció poco después que el país se prepara para aplicar “de forma inmediata” la primera fase del plan de paz presentado por Trump, sin responder públicamente a la solicitud de Hamás de revisar algunos términos. Trump celebró la declaración del grupo islamista en un video publicado en sus redes sociales, afirmando que el fin de la guerra estaba “cada vez más cerca”, e instó a Israel a detener los bombardeos para permitir la liberación de los cautivos que permanecen en manos de Hamás.

El plan, presentado el pasado lunes en la Casa Blanca y respaldado por el primer ministro Benjamín Netanyahu durante su visita a Washington, consta de veinte puntos que contemplan el cese inmediato de las hostilidades, la liberación de los rehenes y la creación de un gobierno de transición en Gaza supervisado por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair. El texto también prevé la desmilitarización de la Franja y la posibilidad de negociar, en una etapa posterior, la creación de un Estado palestino, opción rechazada de plano por el Gobierno israelí, que considera que ello comprometería su seguridad a largo plazo.

Nuevos bombardeos

Mientras el plano diplomático avanza con dificultad, sobre el terreno la violencia no cesa. Los ataques israelíes de la madrugada de este domingo en Gaza causaron la muerte de nueve personas, incluidos tres menores. Según el hospital Nasser, dos niños fallecieron y varias personas resultaron heridas en un ataque con dron contra una tienda de campaña de desplazados en Al Mawasi, al sur de la Franja, donde miles de familias se refugian desde hace semanas. En la misma localidad, la Media Luna Roja reportó otros dos muertos y ocho heridos por un bombardeo cerca de la mezquita Al Akkad, en la calle Asdaa.

En el campamento de Nuseirat, en el centro de Gaza, un niño identificado como Tuleib Muhannad Hamdan murió en un ataque aéreo israelí contra el apartamento de su familia. En la ciudad de Gaza, cuatro palestinos más perecieron cuando un misil impactó en una vivienda del barrio de Al-Tuffah, en el noreste del enclave.

Estos bombardeos se produjeron pocas horas después de que Hamás reiterara su voluntad de liberar a todos los rehenes conforme al plan estadounidense, aunque advirtió que cualquier avance real depende de abrir “negociaciones inmediatas” con mediadores internacionales para discutir los detalles de la hoja de ruta. El contraste entre el lenguaje diplomático y la persistencia del fuego israelí refleja la tensión entre los gestos de cara a la comunidad internacional y la lógica de seguridad interna del Estado israelí, que continúa priorizando la presión militar incluso mientras afirma dar los primeros pasos hacia la paz.

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