El próximo 4 de noviembre está marcado en el calendario de Telefónica. La presentación de su nuevo plan estratégico, el primero bajo la dirección de Marc Murtra, servirá para conocer realmente hacia dónde quiere dirigirse la compañía en los próximos años, y también para calibrar el interés de los inversores. Pero, casi ocho meses después de que Murtra asumiera el mando, y a expensas del impacto que tenga esa revisión empresarial, los analistas hacen balance del comportamiento de la compañía en bolsa, uno de los grandes retos del nuevo presidente.

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El propio Murtra lo marcó como una prioridad a su llegada. "Ustedes, nuestros accionistas, esperan que logremos mejoras tangibles en nuestro desempeño financiero, y que lo hagamos con rapidez. Lo entiendo, y todos mis colegas en la alta dirección también lo entienden. Estoy seguro de que hemos marcado las prioridades correctas para lograrlo", expresó el directivo el pasado 10 de abril en su primera Junta General Ordinaria de Accionistas.

Desde el viernes 17 de enero, cuando Murtra sustituyó a José María Álvarez-Pallete como presidente, hasta el pasado 20 de agosto la acción de Telefónica se revalorizó más de un 23%. Sin embargo, en el último mes y medio la cotización ha caído un 11%. De esta forma, en el conjunto del 2025, la operadora española ha mejorado un 9% en el parqué. En comparación, en el mismo periodo Deutsche Telekom ha subido un 0,27% Vodafone un 23% y Orange, un 38%. Juntas, son las cuatro grandes 'telecos' europeas, con más de 1.300 millones de clientes.

Antonio Castelo, analista de iBroker, asegura que el recorrido de Telefónica ha estado "en línea" con lo que esperaban. "Cuando Murtra llegó a la presidencia en enero de 2025 la cotización tenía una tendencia ascendente gracias a todos los movimientos corporativos que se habían producido en torno al valor: la compra de STC, la entrada de la SEPI y los movimientos de CriteriaCaixa para fortalecer su posición", apunta.

De acuerdo con Castelo, esos movimientos inicialmente dieron suelo a la cotización. Y luego comenzó a notarse la mano de Murtra con los cambios en el consejo y en los altos cargos ejecutivos, así como en decisiones como la aceleración de la salida de Hispanoamérica. Pero en algunos aspectos el experto apunta que surgió una duda: "¿Se van a seguir criterios empresariales o políticos a la hora de tomar decisiones?".

Con el nuevo plan estratégico cocinándose, pero aún sin desvelarse, se dispararon los rumores de todo tipo -hasta se habló de una posible fusión con Indra-. Aunque en todo este tiempo Murtra ha repetido en cada comparecencia pública los mismos mensajes: la apuesta es realizar operaciones de consolidación rentables, simplificar la empresa y apostar por la ciberseguridad.

"Todo eso está muy bien, pero ¿cómo va a abordar Telefónica ese proceso? ¿Estos planes conllevarán recortar o suspender dividendo? ¿Tendrá que hacer una ampliación de capital? ¿De cuánto?", se pregunta Castelo, que apunta que la cotización ha recogido esas dudas. "Muchos analistas (y nosotros entre ellos) echamos en falta la publicación de un plan estratégico de verdad, no sólo con ideas, sino con su cuantificación correspondiente, para saber si el proyecto es factible o no lo es. Tanto en cuanto no dispongamos de ese plan estratégico que nos permita entender qué quiere hacer la compañía, y cómo quiere hacerlo, creo que va a ser difícil que despierte la atención de los inversores. El mercado se cansa de esperar", sostiene.

25 años "atrapada" en bolsa

Gerardo Ortega, analista jefe de Trive, desliza que el rally que ha tenido la cotizada en el parqué hasta ahora "no ha estado mal", pero considera que hay que compararlo con "el comportamiento que han tenido el resto de empresas, y no hablo solo de las 'telecos', sino en general, que ha sido extraordinario, especialmente desde el lío que montó Trump con los aranceles, que impactó en los mercados".

Con todo, el experto señala, con el dividendo ajustado en bolsa desde el año 2.000, que la compañía ahora mismo está más o menos a mitad de rango, siendo sus máximos de 7,15 y sus mínimos de 1,71. "El comportamiento no es para nada malo, y lo relevante para mí es que viene subiendo desde esa zona. Tenemos que tener en cuenta que Telefónica lleva 25 años en un enorme rango lateral, que se dice pronto. No podemos pedirle peras al olmo", resume.

Es cierto que, bajo el mando de Murtra, diversas noticias publicadas en la prensa han impactado de manera negativa en la cotización de la 'teleco'. Es el caso de un hipotético ERE -que la compañía niega-, pero que según Expansión podría provocar la salida de 6.000 empleados. O la posibilidad de suprimir el dividendo o realizar una ampliación de capital, de las que informó Vozpópuli.

"Entiendo que las desinversiones en Hispanoamérica son más que positivas, y luego la obsesión de Telefónica es el tema de reducir deuda, que ha sido siempre su espada de Damocles", desliza Ortega. "Pero el dividendo es importante para la empresa, y todo lo relativo a mantenerlo pasa porque consigan además generar un mayor flujo de caja libre", añade.

Un plan estratégico para ganarse la confianza de los inversores

De cara a la presentación del plan estratégico, Castelo reclama que las líneas generales que ya se han anunciado se "cuantifiquen", para que no se queden en "bonitas promesas" y realmente refuercen la credibilidad de Telefónica en los mercados.

En primer lugar, asegura que tendría que tener una ejecución efectiva. Básicamente, que en los trimestres siguientes se cumplan los hitos prometidos, que los mercados puedan ver avances concretos (reducción de deuda, adquisiciones, ventas ejecutadas) y que haya revisiones transparentes si algo no sale como se planeó, con explicaciones creíbles.

Además, tendría que tener "credibilidad cuantitativa y metas ambiciosas pero realistas" en aspectos como el crecimiento, el EBITDA, la generación de caja o la reducción de deuda, justificándolos con datos históricos y hojas de ruta. Y con un guidance que esté explícitamente definido y acompañe los supuestos clave.

También debería recoger un "compromiso con disciplina financiera y límite al riesgo", con transparencia sobre la deuda actual, vencimientos, planes de amortización, etc. En definitiva, claridad en cuánto capital nuevo se necesitará (si hay ampliación) y con qué estructura; establecimiento de ratios objetivo (deuda/EBITDA, cobertura) y apoyo visible de los accionistas mayoritarios si hay ampliaciones.

En cuanto a la política de dividendos, debería ser "convincente y sostenible". "Que no parezca que el dividendo será sacrificado para financiar inversiones de alto riesgo. Que ofrezca estabilidad (mínimos garantizados) o escalabilidad lógica. Transparencia sobre el mecanismo de distribución (pago con caja libre, recompra de acciones, etc.)", afirma Castelo.

El analista argumenta también la necesidad de que haya acciones inmediatas o compromisos tempranos. Por ejemplo, si anuncian adquisiciones o fusiones, que al menos haya 'letras pequeñas' ya avanzadas (cartas de intención, due diligence, alianzas). O si se anuncian desinversiones, que estén en fase avanzada formalmente (no solo borradores). "Que parte del plan no quede solo en el futuro lejano, sino que haya hitos 2025-26-27 que sean verificables", desliza.

Por último, enumera como imprescindibles una alineación accionarial clara y buen gobierno corporativo; una visión diferenciada en tecnología y nuevos negocios (que muestre cómo Telefónica va a moverse hacia soluciones digitales como IA, ciberseguridad, edge, etc) y una gestión del riesgo político y regulatorio.

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