Dos días después de su encargo de mediación con los partidos políticos, el primer ministro dimisionario Sébastian Lecornu ha expuesto al presidente, Emmanuel Macron, durante una hora y 10 minutos en el Elíseo su balance de la situación. Si quiere evitar la disolución de la Asamblea Nacional, ha de sacrificar la única reforma relevante que ha logrado: la reforma de las pensiones. Es lo que se deduce de las palabras de Lecornu en France 2.

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Lecornu ha dicho en la entrevista en France 2 que su misión ha terminado y que habrá un nuevo primer ministro "en las próximas 48 horas", con lo que insiste en que se aleja la opción de anticipar las elecciones legislativas. Ha subrayado que sería un gobierno sin ambición presidencial en 2027. Para lograrlo, "habrá que encontrar un camino hacia el debate sobre la suspensión de la reforma de las pensiones", ha reconocido el primer ministro dimisionario.

Lecornu no será quien encabece ese nuevo gobierno. "Hay una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional que rechaza la disolución, y no solo por el temor a volver a las urnas, como se ha podido escuchar", ha dicho Lecornu. Ha insistido en que hay varias formaciones que podrían ponerse de acuerdo pero ha reconocido que "aún hay camino por recorrer".

A primera hora del miércoles, Lecornu comparecía en Matignon para exponer que existía "la voluntad de que Francia tenga un presupuesto antes del 31 de diciembre". Según Lecornu, "esa voluntad crea un movimiento y una convergencia que, evidentemente, alejan las perspectivas de una disolución". 

¿Una forma de incrementar la presión para conseguir un consenso? Aún tenía que verse con los partidos de izquierdas (ecologistas, comunistas y socialistas), cuya decisión es fundamental una vez que los Republicanos rompieran la baraja el domingo por la noche. Tanto el cabecilla de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, como los líderes de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, y Jordan Bardella, se han mantenido al margen de estas conversaciones. Demandan "disolución de la Asamblea Nacional o dimisión del presidente". Le Pen ha dicho que se opondrá a todo lo que no sea convocar elecciones.

La reforma de las pensiones

Lecornu ha reconocido que es la reforma de las pensiones un punto clave en el debate. "Habrá que encontrar un camino hacia el debate sobre la suspensión de la reforma de las pensiones", ha indicado en France 2. Ha añadido que todas las fuerzas políticas con las que se ha visto han reconocido que sería "muy peligroso" no contar con un presupuesto el 31 de diciembre de este año.

Quien lanzó la pista sobre qué estaba sobre la mesa fue Élizabeth Borne, quien era primera ministra cuando finalmente se aprobó la reforma de las pensiones por decreto. Borne dijo el martes por la tarde, cuando Lecornu empezaba sus conversaciones con los partidos, que no descartaba que se suspendiera la que ha sido la medida estrella del presidente Macron. Eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años y la izquierda en su conjunto, desde los socialistas a los insumisos, ha convertido su abolición e su bandera. 

El jefe del grupo parlamentario socialista, Olivier Faure, ha dicho que no había obtenido garantías de la reforma de las pensiones después de su reunión con Lecornu. Para los socialistas sería un triunfo que se echara marcha atrás a la reforma de las pensiones. Faure ha indicado que los socialistas podrían ser los artífices del desbloqueo del país. Las palabras de Lecornu indican que ha mostrado a Macron que sería el camino para lograr el apoyo de los socialistas.

Por el contrario, los Republicanos consideran que sería un error gravísimo que costaría cientos, incluso miles, de millones de euros a las arcas públicas, unas arcas que ya soportan una deuda pública del 114%, solo superada por Italia y Grecia. Según Roland Lescure, el ministro dimisionario de Economía, serían "cientos de millones en 2026 y miles en 2027".

La reforma de las pensiones, aprobada por decreto, era el símbolo de la política económica de Macron. Si la sacrifica es porque prefiere evitar unas elecciones en las que su partido corre riesgo de quedar reducido a la mitad con una extrema derecha e ascenso.

Los Republicanos se plantan

Fueron los Republicanos, liderados por Bruno Retailleau, quienes provocaron la caída del gobierno apenas 13 horas después de su formación. Retailleau, que había sido designado ministro del Interior, acusó a Lecornu ocultar que el ex ministro de Economía Bruno Le Maire se haría cargo de Defensa. Fue una decisión del presidente Macron. Los Republicanos asocian a Le Maire con el aumento de la deuda durante sus siete años como ministro de Economía.

Ahora Le Maire se ha echado a un lado para facilitar el acuerdo pero ni siquiera le sirve eso ya a Retailleau, que aspira a ser candidato a las presidenciales. Los Republicanos perdieron a parte de su dirigencia, encabezada por Éric Ciotti, que se ha aliado a Reagrupación Nacional. La formación de Marine Le Pen y Jordan Bardella, favorita en los sondeos, tendría que buscar alianzas con los conservadores tradicionales para gobernar en caso de que hubiera elecciones. 

Lecornu decidió dimitir al ver que su gobierno no nacía conexionado. El presidente Macron aceptó su renuncia pero horas más tarde le demandó que intentara conseguir un acuerdo de mínimos con las fuerzas políticas. En caso de no conseguirlo, Macron asumiría la responsabilidad de resolver la crisis. En estas horas se han visto propuestas atrevidas, como la de Édouard Philippe, que también tiene la mirada puesta en el Elíseo, que abogaba por llegar ahora a un acuerdo sobre el presupuesto condicionado a la dimisión de Macron a principios de 2026. 

Lo cierto es que el presidente Macron atraviesa un momento complejo. Su popularidad está bajo mínimos: con un raquítico 14% de opiniones favorables bate las peores cuotas de su predecesor, François Hollande. Si bien el macronismo agoniza, como confirma el hecho de que sus reformas se haya visto minimizadas o anuladas, a lo que se suman las escasas perspectivas electorales de Renaissance, Macron sigue viéndose como el dique necesario contra el extremismo. La Francia Insumisa ha intentado promover una iniciativa para que tuviera que dejar el poder pero no ha salido adelante. Tanto la Francia Insumisa como Reagrupación Nacional sueñan con su marcha. Lecornu ha evocado que no es el momento de que el presidente y jefe de las Fuerzas Armadas sea relevado. Macron sigue siendo el maître des horloges

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