Génova y Bambú han puesto en marcha la maquinaria para el remplazo de Carlos Mazón al frente de la presidencia de la Generalitat valenciana. La llamada telefónica mantenida este martes por la mañana entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, abre el inicio de unas conversaciones que apuntaban a dilatarse durante semanas por la intención de Vox de controlar los tiempos frente a las prisas de los populares. Según afirmaron los populares en un comunicado posterior, Abascal habría mostrado esa disposición a apoyar una investidura para "dar estabilidad a un territorio que sigue inmerso en un complejo y doloroso proceso de reconstrucción tras las riadas del pasado año".

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En las próximas fechas se iniciarán las conversaciones entre los aparatos valencianos de cada partido. Génova no tiene intención de entrometerse, aunque Bambú, como hace con todas las decisiones regionales, tendrá la última palabra sobre un acuerdo.

¿De qué plazos disponen PP y Vox en Les Corts?

Comunicada su intención de dar un paso atrás este lunes, desde este martes se activó los plazos para un relevo de Mazón mientras éste y su equipo de Gobierno se mantiene en funciones. Por delante hay doce días para que el PP, con el apoyo de Vox, proponga la candidatura ante la Mesa de Les Corts que desee proyectar como presidente. En su defecto otros partidos podrían hacer lo propio, pero no hay mayoría alternativa que no pase por el PP.

Producido ese primer paso, se entenderá que la figura propuesta cuenta con el aval de Vox tanto en Madrid como en la comunidad, encabezados por su síndic José María Llanos en Les Corts, abiertas entonces las conversaciones entre partidos. Después de ese movimiento, la presidenta parlamentaria, Llanos Massó, de Vox, deberá llevar el asunto a la Junta de Síndics, entre cuyas labores está la de organizar el calendario de plenos. El organismo de portavoces deberá fijar un pleno de investidura en el calendario, con un plazo límite de entre tres y siete días siguientes.

El 19 de noviembre el PP deberá tener ya sobre la mesa a su candidato. La Junta de Síndics se reúne quincenalmente. Este mismo martes se produjo un nuevo encuentro, por lo que correspondería a la jornada del 18 otra nueva cita. Si no se apuran los plazos, ese mismo 18 podría darse el segundo paso: fijar día en el calendario, lo que situaría una investidura a finales de mes, entre el martes 24 y el viernes 28. Si se suman los 50 escaños necesarios de los 99 representantes en Les Corts, el PP tendrá nuevo presidente. Individualmente cuenta el PP con 40, Vox suma con sus 13.

¿Qué pasa si no se llega a un acuerdo?

Durante el plazo de negociaciones quedará patente si hay capacidad de llegar o no a una investidura. Si se bloquea la situación se podría optar a una investidura fallida para ganar tiempo y activar el reloj. Habría un plazo de dos meses desde el primer fracaso para realizar tantas investiduras como se quisiese. En caso de no prosperar ningún perfil, se procedería a la disolución de Les Corts por parte de Massó como máxima responsable parlamentaria y el Govern en funciones debería fijar fecha electoral 54 días después, que es el margen que contempla la ley. Serían a finales de marzo de producirse.

Pérez Llorca, el mejor posicionado

A falta de conocerse las demandas concretas de Vox, que afrontará con dureza las conversaciones con el PP, sí que hay disposición a dar continuidad a lo acordado en mayo para que hubiese Presupuestos para la reconstrucción post dana de Valencia. Se pedirá un compromiso del nuevo presidente contra la inmigración ilegal y el Pacto Verde Europeo -que respalda el PP en Bruselas junto a los socialdemócratas, liberales y verdes- como se hizo con Mazón antes de abrir negociaciones para esas cuentas.

Lo que PP y Vox desean es dar estabilidad y continuismo a la legislatura, por lo que el perfil que mejor encajaría para ello es el del portavoz popular en el parlamento, Juafran Pérez Llorca, quien es el número dos de Mazón en el PP de la Comunidad Valenciana, como secretario general. Es la mano derecha de Mazón, y quien participó junto a él en las negociaciones de 2023 con Vox para lograr su nombramiento.

Por otro lado, es el perfil menos político, dado que no competiría por la Generalitat en 2027, sino que sería una figura técnica de paso. A Vox, con un ascenso notable en los sondeos, no le interesaría promocionar y aupar a su principal competidor en un futuro. Esa batalla, la del relevo en el PPCV se dará en un futuro, con personalidades como Vicente Mompó, actual presidente de la diputación de Valencia y que es el predilecto por los presidentes del PP de Valencia, de Alicante y de Castellón.

Otro de los perfiles que podrían valorarse es el de la alcaldesa María José Catalá, con escaño en Les Corts. Es la favorita de Génova frente a los aparatos valencianos de cara a un relevo de candidatura y al frente del PP en la Comunidad Valenciana. Ella no estaría por la labor de dar el paso y tampoco gusta a todos los populares, lo que le cierra el camino. Descartarla, por otro lado, daría tiempo a Feijóo para convencerla para más adelante ir a primarias.

Una vez se decida e invista al nuevo presidente valenciano, éste deberá diseñar un nuevo Consell. Una de las dudas es si Vox pedirá entrar en él. Ya lo integró en su momento antes de la ruptura generalizada de coaliciones en todas las autonomías que dirigían con el PP, por la acogida de menores extranjeros no acompañados avalada por Feijóo en julio de 2024.

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