La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio donde señala la diferencia de precio del agua del grifo en España. Las diferencias entre ciudades son de tal magnitud que una misma vivienda puede llegar a pagar hasta tres veces más que otra por el mismo consumo. El estudio sitúa a Barcelona en la primera posición en términos de la factura más elevada, mientras que la ciudad con el precio más bajo es Orense.

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El precio del agua en España

Barcelona está en la primera posición del listado de las localidades que ofrecen el agua del grifo más cara. De acuerdo con un estudio de la OCU, el precio medio que abona una familia es de tan sólo 516 euros al año, un importe que se ha incrementado y disparado respecto al año anterior. Y a continuación aparecen Murcia, Alicante, Bilbao y un conjunto de capitales andaluzas, donde los precios se encuentra muy por encima de la media nacional.

La OCU también matiza que estas diferencias se debe a una mayor o menor política tarifaria y, en muchos casos, a un mayor gasto derivado de la gestión o el mantenimiento. Por el contrario, Orense, Palencia y Melilla son las que tienen las tarifas más económicas, pues el recibo medio no supera el límite de los 150 euros anuales.

Un incremento por encima de la inflación

El trabajo de investigación confirma un incremento medio de la tarifa del agua del 12% respecto de 2023, un incremento que prácticamente duplica la inflación del mismo periodo. Lo cual representa una presión muy importante y directa sobre las economías familiares, y muy en particular, en aquellas zonas donde el coste del agua ya era elevado.

La OCU incide en la importancia de que el precio sea un reflejo de los costes reales incurridos en la producción, el transporte y la depuración, pero hace hincapié en que las variaciones en el precio entre municipios son difíciles de justificar técnicamente o ambientalmente.

El coste oculto del agua

Uno de los factores que dan cuenta de la desigualdad que provocan las facturas es la puesta en marcha de los nuevos sistemas de telegestión. El mantenimiento y el cambio de los contadores inteligentes han incrementado la factura en algunas ciudades. En Castellón, la cuota anual por este concepto alcanza los 40 euros, cantidad que la OCU considera excesiva y no suficientemente regulada.

Dichos gastos fijos son un obstáculo que contrarresta la efectividad de las tarifas progresivas orientadas a premiar el consumo responsable del agua, hasta el punto que muchos hogares ni siquiera perciben ahorro alguno a pesar de reducir su consumo.

Bloques de consumo mal diseñados

El estudio denuncia que los bloques de facturación no siempre mantiene una buena estructura, mostrando que en algunos municipios los bloques más bajos no se corresponden con el consumo medio real de un hogar, lo que se traduce en una tarifa muy elevada que contraviene la lógica de la relación servicio-precio. Esto también conlleva la desincentivación del ahorro y dificulta el acceso a un recurso esencial de manera equitativa.

Agua y la falta de ayudas sociales

La OCU ha analizado este asunto señalando que Cáceres, Castellón, Gijón, Guadalajara, Jaén, Lérida, San Sebastián, Segovia, Soria y Toledo no tienen un acceso a tarifas sociales de agua para las familias menos favorecidas. Eso significa que el desamparo sigue ampliando la brecha entre territorios y desplaza a muchos hogares a una situación de pobreza.

Un reto pendiente para las administraciones

A excepción de Bilbao, ninguna capital aplica correctamente la norma que equipara la ayuda del agua al bono social eléctrico. La OCU anima a las administraciones públicas a hacer posible que toda la ciudadanía disfrute de un servicio básico y sostenible par que el precio del agua no se convierta en un nuevo elemento de desigualdad territorial.

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