Podemos arrancó la semana lanzando un órdago rotundo a IU: romper con la unidad de Sumar y abrirse a explorar candidaturas con ellos en los territorios y después en unas generales bajo el mismo prisma que Unidas Podemos en el pasado. Sin la marca creada con Yolanda Díaz. Esa exigencia no solo ha sido rechazada por el partido que lidera Antonio Maíllo, sino que ha llevado a IU a acelerar los trámites para revalidar un frente amplio de izquierdas de cara a las próximas generales. Refundar, en definitiva, lo que hoy es el espacio de Sumar, bajo un criterio claro y de igualdad de condiciones entre todos los participantes.

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Este jueves el coordinador federal de IU trasladó que van a "acelerar los procesos de configuración de esa candidatura unitaria". "No porque pensemos en un adelanto electoral, que creo que no va a haberlo, sino porque los tiempos empiezan a ser perentorios", apuntó. El anuncio, sin precisiones, busca alentar al resto de socios para reactivar de nuevo la maquinaria electoral. Por delante, quedaría un proceso complejo con bastantes incógnitas a resolver: desde el formato para la elección de la candidatura que aspiraría a la presidencia del Gobierno en 2027 a los candidatos que se podrían postular.

La reacción se da después de que el lunes el secretario de Organización, Pablo Fernández, lanzara un ultimátum claro a IU: o con Podemos o con Sumar. Algo que hasta ahora solo se verbalizaba en privado. La secretaria general, Ione Belarra, el martes iba más allá. Calificó de "regresivo" a Sumar respecto lo que era Unidas Podemos, y trasladó que cualquier proyecto con los de Díaz dentro estará al servicio de políticas conservadoras del PSOE.

IU viene desde hace tiempo trabajando en la refundación de Sumar, aunque con otro nombre que no confunda o dé mayor protagonismo a Movimiento Sumar. A finales de 2024 pidió un cambio de nombre entre sus socios del Congreso que no llegó y fue rechazado. Si que hubo compromisos para mayor horizontalidad de decisiones y más pluralidad en los protagonismos. También por parte de Movimiento Sumar, que acordó pasar de ser el todo a ser un engranaje más.

Meses antes, nada más llegar al cargo de coordinador, Maíllo comenzó un proceso de escucha similar al de Díaz entre 2022 y 2023, de forma independiente, demostrando su intención de capitanear la labor. Recientemente, Movimiento Sumar inició su proceso particular de escucha.

Con ese anuncio de "acelerar" los plazos, IU quiere poner sobre la mesa lo antes posible una alternativa clara sobre la mesa. También frente a Podemos, que ya despejó hace meses que Irene Montero será su candidata a la Moncloa, y que se aísla cada vez más del resto de partidos, aunque se le sigue tendiendo la mano para colaborar: en Andalucía, en Castilla y León, o cuando lleguen las generales. La rivalidad por el liderazgo del espacio requiere, en definitiva, despejar cuanto antes el proyecto que concurrirá a los comicios, para darle rodaje y afianzarlo.

En lo que se coincide con todos los socios de Sumar es en instalar un sistema de primarias para elegir liderazgo y los puestos de salida de las listas, algo que se planeó en Andalucía aunque no se materializará del todo, dado que el último proceso de primarias, por incapacidad logística y problemas con la protección de datos, abocará a los socios a una negociación. Lo más complejo, reconocen sectores del espacio magenta, será determinar quién encabeza la próxima candidatura a la presidencia del Gobierno. Un nombre potente que pueda generar ilusión frente a Podemos.

Aunque en los últimos meses Díaz viene intentando reformular su liderazgo, especialmente tras el monográfico de Pedro Sánchez sobre los presuntos casos de corrupción que azotan a una parte del Gobierno, del PSOE y del entorno personal de Sánchez; o con causas como la reforma laboral o los permisos de paternidad, así como entrevistas, hay quien cree que debe haber un volantazo. Hacer borrón y cuenta nueva y optar por un nuevo perfil. Otros sectores del partido creen que aún puede seguir siendo el mayor exponente de la izquierda.

Como ya publicó El Independiente, uno de los mejores posicionados internamente, con notable influencia en el último año, es Pablo Bustinduy, el ministro de Consumo, integrante en las listas como cuota de Movimiento Sumar, aunque con una faceta más independiente del resto. Particularmente, desde IU, se aboga por afianzar el terreno ideológico antes para después hablar de liderazgos. No se quiere cometer los errores del pasado.

Una fractura de nombres y no ideológica

Hay miembros de Sumar que creen que la unidad será viable a última hora, mientras que otros lo niegan y afirman que ya está todo armado y que además del PSOE habrá una lista unitaria y otra con Montero a la cabeza. Algo erróneo que complicará las opciones ya adversas para reeditar el Gobierno de coalición. Más, apuntan, cuando las diferencias para nada son ideológicas, sino puramente personales. De hecho, recuerdan que en 2023, la construcción del espacio de Sumar empezó con vetos -a Montero y a Pablo Echenique- y ahora se busca una venganza más personal que política.

Precisamente, por esas nulas diferencias programáticas, son varias las voces que apelan a la unidad nacional, caso de Ada Colau, que sin ningún cargo ya en los comunes, pero con notable influencia, apela a que todos vayan juntos a unas generales. Otras figuras hacen ese llamamiento similar en los territorios. Incluido en Valencia. Internamente hay quien cree que la brecha con los morados ya es demasiado profunda.

El choque con Sumar aísla a Podemos

Como trasladaron fuentes de IU Extremadura a este digital nada más conocerse la voluntad de Podemos por repetir la coalición Unidas por Extremadura, a los morados en Madrid no les quedaba otra.

Por un lado, las bases extremeñas apoyan en su mayoría las alianzas con IU y "no permitirían dejarse influir por Madrid". Por otro, de haber querido imponerse, se habría producido una desconexión entre los morados con su aparato territorial. Creen que el adelanto extremeño ha trastocado la estrategia de rechazo a alianzas de Ione Belarra que se venía evidenciando con Andalucía. Y que la ausencia de asentamiento de Movimiento Sumar les ha hecho construir un relato interesado para justificarse cuando tengan que ir en solitario en otros enclaves. A sabiendas de que IU no abandonaría su afán de candidaturas amplias sin vetos.

De hecho, salvo la excepción de Extremadura, en ningún otro enclave habrá alianzas con Podemos. IU y Movimiento Sumar -con Verdes Equo- ya han iniciado los trámite en Castilla y León y Podemos se ha autoexcluido. Está afrontando sus primarias allí, además de en Andalucía. Eso restará capacidades para lograr representación en un enclave difícil donde los morados en 2022 solo consiguieron un procurador. En Valencia la disposición de las fuerzas es de unidad en torno a Compromís, y se apunta desde el espacio que lo que haga Podemos, no influirá para nada.

Al anuncio este jueves de Maíllo para acelerar esos procedimientos se le une un elemento clave: el papel que IU está teniendo para articular las alianzas de Sumar de cara a los comicios autonómicos por esa falta de implantación de los magentas. Ese peso así como la iniciativa mostrada por los izquierdistas, deja claro la voluntad de tener peso en la toma de decisiones del futuro frente amplio. En Podemos, sin embargo, creen que el más de medio millón de votos a Montero en las europeas dejan margen para disputar la hegemonía de la izquierda y que al final las alianzas caerán por su propio peso.

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