Es una predicción inquietante. La batalla por la descarbonización de la economía mundial sufre retrocesos, la apuesta por las renovables no logra ganar terreno al ritmo necesario y mientras tanto, el planeta se encarrila a un calentamiento de 2 grados en 25 años. El diagnóstico lo ha hecho la Agencia Internacional de Energía (AIE) en su informe anual publicado hoy. En él alerta del riesgo de que si no cambian las políticas energéticas globales el planeta se calentará 2 grados en 2050 y podría alcanzar los 2,9 grados a final de siglo.
Incluso las mejoras energéticas anunciadas por los gobiernos apenas surtirían efecto, ya que ese calentamiento en dos grados sólo se lograría retrasarlo en una década, a 2060. El informe concluye que estamos ante unas condiciones económicas y “geopolíticas difíciles”. A la cada vez mayor demanda de energía de las potencias emergentes se está sumando el cambio de modelo económico que incorpora demandas como los centros de datos que harán disparar el consumo de energía en el futuro.
En una década la demanda de energía se incrementará un 40%, alerta la AIE. Ese incremento de aquí a 2035 viene determinado por las necesidades de países emergentes, que aumentarán de modo importante, y por los centros de datos proyectados y en marcha en todo el mundo. En el informe se detalla que la inversión en centros de datos sólo este año alcanzará los 580.000 millones de dólares, según la AIE, 40.000 millones más de los que se dedicarán al suministro de petróleo.
Más gas y petróleo
De estos dos combustibles fósiles también se espera un incremento de consumo. En el caso del gas las inversiones se han disparado y se prevé que en el próximo lustro las capacidades de extracción alcancen los 300.000 m3, lo que supondrá incrementar en un 50% el suministro mundial. Casi la mitad de estas instalaciones de extracción están en los EEUU y un 20% en Qatar. Respecto al petróleo. La AIE también destaca que existe un amplio margen de suministro a corto plazo pese a las tensiones geopolíticas actuales.
Otra de las energías que disparará su presencia será la nuclear. Actualmente más de cuarenta países en el mundo incluyen la energía nuclear en su estrategia energética. En la próxima década se estima que la capacidad de generación de electricidad aumentará en un tercio. Una de las causas radica en que Japón ha vuelto a poner en marcha reactores que tenía parados tras el accidente de Fukushima de 2011.
A todo ello se suma la reactivación y puesta en marcha de nuevos proyectos de construcción de nucleares en todo el mundo, en particular en EEUU y China. Sólo los proyectos en construcción suman una potencia instalada de 70 gigavatios, uno de los volúmenes más altos de las tres últimas décadas.
Control de fuentes de energía
La AIE también alerta del riesgo de concentración energética que se está produciendo. Así, apuntan que en octubre más de la mitad de los 20 minerales considerados estratégicos estaban controlados por China. El gigante asiático controla entre el 40% y el 100% de su refino. En el ámbito de las energías renovables, China acapara el 80% del sector solar fotovoltaico, entre el 70% y el 80% de los equipos eólicos y controla en un 85% el mercado de las baterías.
En la AIE advierten de que el riesgo por ese control del mercado suponen un riesgo de suministro si la producción china se ve alterada por tazones metereológicas, fallos técnicos o restricciones comerciales. La AIE apunta que en caso de fallar los suministros chinos sólo se podría satisfacer la mitad de la demanda del resto del mundo.
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