Netflix ha abierto negociaciones en exclusiva para adquirir los estudios de cine y televisión de Warner Bros. Discovery y el servicio de streaming HBO Max, según informan Variety y The New York Times a partir de fuentes conocedoras de la operación. El movimiento, aún en fase preliminar, supone un giro estratégico de gran calado para el gigante del streaming y podría reconfigurar el mapa del entretenimiento global.

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La decisión llega tras semanas de puja entre Netflix, Comcast y Paramount. Esta última, liderada por David Ellison, había tratado de comprar la totalidad del grupo, incluidos los canales lineales como CNN o TNT, mientras que Netflix y Comcast centraron sus ofertas en el estudio y la plataforma digital. Finalmente, Warner Bros. Discovery ha concedido a Netflix una ventana de negociación preferente.

Si la operación se completa, Netflix integraría un catálogo emblemático: clásicos como Casablanca o El halcón maltés, franquicias de DC como Batman y Superman, y series históricas de HBO como Los Soprano, The Wire, Juego de Tronos o A dos metros bajo tierra. También incorporaría los derechos audiovisuales de Harry Potter, además de Friends y otros títulos con fuerte valor de marca. The New York Times subraya que se trataría de la primera gran absorción de un estudio tradicional por parte de un actor tecnológico, una señal del desplazamiento de poder dentro de Hollywood.

Recelos en la industria del cine

El acuerdo no está exento de obstáculos. La aprobación regulatoria será decisiva, en un contexto en el que los criterios antimonopolio y el peso político podrían influir en el desenlace. La eventual unión entre ambas compañías ha despertado resistencias en la industria. La Directors Guild of America ha expresado públicamente su preocupación por el impacto en la competencia creativa y ha anunciado una reunión con Netflix para trasladar sus reservas. También Cinema United, organización del sector de la exhibición, ha advertido de que una integración así podría reducir la producción destinada a salas y poner en riesgo cines independientes y grandes circuitos.

Productores y sindicatos temen que el control de un catálogo tan vasto por parte del líder mundial del streaming, con más de 300 millones de suscriptores, reduzca la diversidad del mercado y consolide una posición dominante. En paralelo, fuentes cercanas a Netflix han pedido cautela ante las especulaciones y sostienen que cualquier estrategia futura de distribución se definiría tras una eventual compra. Según The New York Times, la oferta de Netflix habría incluido el compromiso de mantener el estreno en salas de las producciones del estudio, un punto sensible dadas las críticas en torno al modelo de ventanas de exhibición.

Warner Bros. Discovery ha atravesado intensos movimientos corporativos desde 2022, y su posible venta ha alimentado meses de incertidumbre en el sector. Si prospera la operación marcaría un hito para el ecosistema audiovisual: por primera vez, un estudio centenario, cuna de una de las bibliotecas fílmicas más influyentes del siglo XX, quedaría integrado en la estructura de una plataforma nacida del streaming.

Netflix, que construyó su posición sin grandes adquisiciones, tendría así acceso a franquicias intergeneracionales mientras refuerza su catálogo propio, un salto de escala que podría redefinir la competencia y acelerar nuevas consolidaciones en la industria global del entretenimiento. La negociación continúa abierta. El desenlace, con su impacto cultural y económico, mantiene en vilo a Hollywood.

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