Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil están registrando las dependencias del laboratorio IRTA-CReSA en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), en el marco de la investigación conjunta de ambos cuerpos para determinar el origen del brote de peste porcina africana (PPA) detectado en Cataluña.

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La entrada y registro a este laboratorio ha sido ordenado por el juzgado de Instrucción número 2 de Cerdanyola, dentro de las diligencias previas que han sido declaradas secretas, han informado este jueves ambos cuerpos policiales. Se ha ordenado la entrada a las instalaciones por un posible delito contra el medioambiente, después de que el Ministerio de Agricultura sugiriera que el brote podía provenir del laboratorio nombrado anteriormente.

El laboratorio IRTA-CReSA (Centro de Investigación en Sanidad Animal) está desde hace días bajo el foco de las sospechas, ya que los primeros jabalís muertos que estaban infectados aparecieron cerca de sus instalaciones.

El pasado 9 de diciembre, los Mossos d'Esquadra, que investigan el origen del virus en un equipo conjunto con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, ya remitieron un primer atestado a los juzgados de Cerdanyola en relación con el caso.

Esta investigación judicial va en paralelo a la auditoría que la Generalitat ha encargado al laboratorio IRTA-CReSA para averiguar si el brote pudo originarse en algunos de los cinco centros de investigación animal situados en un radio de 20 kilómetros del lugar donde se han detectado los jabalíes infectados.

Esos cinco centros, entre los que figura el propio IRTA-CReSA, están en el foco de la investigación a raíz de un informe del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), laboratorio de referencia de la Unión Europea situado en Valdeolmos.

Fue tras recibir un informe del laboratorio de la Unión Europea que explicaba que el análisis genómico revelaba que el virus identificado en la provincia de Barcelona no coincide con los que actualmente circulan entre los Estados miembros de la UE, pertenecientes a los grupos genéticos 2 a 28. En cambio, forma parte del grupo genético 29, una variante que recuerda notablemente a la cepa que se propagó en Georgia en 2007.

La llamada cepa "Georgia 2007" es una referencia estándar en numerosos experimentos realizados en instalaciones de bioseguridad, tanto para estudios virológicos como para probar la eficacia de vacunas en desarrollo. Por ello, el Ministerio interpreta que los datos genéticos abren la posibilidad de que el origen del brote esté relacionado con un laboratorio, y no con una entrada de la enfermedad desde el exterior a través de animales o productos de origen animal.

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