El PNV habría perdido el séptimo escaño logrado el pasado domingo en las elecciones generales en beneficio del PP tras el recuento del voto extranjero y la revisión del conteo de los resultados. De este modo, la formación de Andoni Ortuzar obtendría seis asientos en el Congreso y no los siete que inicialmente se le habían otorgado. El escaño perdido se le asignaría al PP, que según el recuento inicial no había obtenido representación en el País Vasco. De esta forma, los populares pasarían de 88 a 89 asientos en el Congreso de los Diputados.

El séptimo asiento en la Cámara baja había sido uno de los objetivos que el partido jeltzale se había fijado y que celebró con alborozo la noche electoral. Se trata de un escaño correspondiente al territorio histórico de Vizcaya, donde el PNV tiene mayor presencia. En Sabin Etxea sabían que la posibilidad de perder ese escaño era muy probable dado el estrecho margen de 167 votos con los que lo obtuvieron. En el recuento de los alrededor de 4.500 votos del extranjero que se ha llevado a cabo hoy los nacionalistas debían obtener cuatro votos por cada uno que se asignara al PP, lo que complicaba sobremanera mantenerlo.

El recuento, a falta del acta definitiva, ha revelado cerca de un centenar más de votos hacia el PP que permitirán a la formación de Alfonso Alonso contar con un escaño. El asiento en el Congreso lo ocuparía Beatriz Fanjul, una joven candidata de 28 años que Génova impuso al PP vasco y que el pasado 10-N volvía a concurrir como cabeza de cartel por Vizcaya tras no haber logrado representación el 28-A.

Quien pierde la representación es el candidato del PNV, número cuatro por la lista de Vizcaya, Jon Aiartza. Ortuzar le presentó en varios mítines como el candidato que debería formar en cuestiones como los fueros vascos y el Concierto Económico, -de los que es un gran conocedor- a los políticos de Ciudadanos, Vox y el PP.

En el PNV consideran que la decisión adoptada hoy por la Junta Electoral no desvirtúa el gran resultado logrado el 10-N. Subrayan que el partido fue la fuerza más votada en Vizcaya, Álava y Guipúzcoa y que logró mantener los seis escaños que ostentaba en la Cámara Baja.

En el PP vasco la decisión ha sido recibida con alegría ya que logra no sólo recuperar la representación perdida el 28-A, sino maquillar y frenar levemente la pérdida de peso institucional y de apoyo social que arrastra el partido en Euskadi.