En la pared del laboratorio de los Juegos de invierno de Sochi 2014 había algunos agujeros que pasaron inadvertidos a los ojos del personal de la Agencia Mundial Antidopaje. Por la noche, cuando los supervisores se iban a descansar a los hoteles, por los agujeros salían las muestras de rusos que se habían dopado y al cabo de un rato entraban, también por las paredes, los tubos con orina limpia. Un plan perfecto porque era la propia Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA) la responsable del laboratorio.
Cuando todo esto se supo, varios años más tarde y por la confesión del que fuera director de la RUSADA Grigory Rodchenkov, ya era demasiado tarde. Es cierto que los atletas rusos recibieron una sanción, pero era una nueva derrota del deporte frente al dopaje. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 marcarán un antes y un después en ese sentido, porque será la primera que el laboratorio que analice las muestras no dependa del Comité Organizador. En este caso, estará controlado por la Agencia Internacional de Testeo (ITA), un organismo de reciente creación que pretende dar un soplo de aire fresco a la lucha antidoping.
A diferencia de los últimos Juegos, en Tokio el laboratorio no dependerá del Comité Organizador
Creada el 1 de julio de 2018 bajo el paraguas del Comité Olímpico Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje, la ITA trabaja de forma independiente y será el organismo que vigile a los más de 11.000 atletas que competirán en Japón hasta el 8 de agosto. "No tenemos ningún conflicto de interés actual o pasado, ningún interés puntual en un país o en un deporte, por eso lo podemos hacer de forma independiente", señala en Tokio el director general de la ITA, el suizo Benjamin Cohen.
Desde su creación, la ITA ha llegado a un acuerdo con el COI para encargarse de la estrategia antidopaje en todos los Juegos Olímpicos y además ya es el organismo encargado de cazar a los tramposos en otras 50 federaciones deportivas. "Tenemos un sistema mucho más fuerte que Río. Tenemos inteligencia artificial, el pasaporte biólogo, las muestras congeladas a largo plazo....", indica el secretario general de la ITA.
Trabajo previo y trabajo en Tokio
En la ITA trabajan actualmente a tiempo completo 65 personas que ya han ocupado puestos de relevancia en la lucha contra el dopaje desde Sídney 2000. Veinticuatro de ellas están Tokio supervisando todo. "Eso es mucha experiencia", se enorgullece Benjamin Cohen. "Hemos hecho 25.000 recomendaciones de tests antidopaje para asegurarnos de que los atletas han llegado bien controlados a Tokio".
Durante los Juegos, la ITA espera recolectar un total de 5.000 muestras. "Y si tenemos que ampliar el número, lo haremos. Es el mayor programa antidopaje jamás implementado en unos Juegos Olímpicos, pero la historia ha demostrado que tenemos que ser modestos y cuidadosos", asegura Cohen. "Solo dentro de diez años, a través de los reanálisis de las muestras, si el programa ha sido bueno o malo. Supongo que siempre van a haber atletas intentando engañar al sistema, pero creo que por suerte son una minoría".
¿Y si ocurre un positivo?
Todas las muestras que se hayan tomado antes de Tokio y durante los Juegos se almacenarán los próximos diez años en un laboratorio de Suiza que controla la ITA y que fue subvencionado por parte del COI.
Cada muestra positiva, y eso también es una novedad en los Juegos, será procesada por la ITA, que llevará el caso en nombre del COI ante la Corte Arbitral del Deporte. Hasta ahora, era el propio COI el que presentaba los cargos contra los atletas.
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