La reciente polémica entre LaLiga y la AFE ha ocupado titulares en los medios deportivos españoles. Todo surge a raíz de las acusaciones vertidas por David Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles, quien aseguró que LaLiga había incumplido un supuesto acuerdo relativo al aplazamiento del partido Real Madrid-Osasuna de la primera jornada de la competición. Sin embargo, la Liga de Fútbol Profesional ha salido al paso negando de manera rotunda que existiera cualquier compromiso formal con la AFE sobre este asunto.

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LaLiga defiende que jamás hubo ningún acuerdo, ni informal ni formal, alcanzado con el Director de Competiciones respecto a la posibilidad de aplazar la primera jornada en el caso de que el Real Madrid o el Atlético de Madrid alcanzaran las fases finales del Mundial de Clubes. Para sustentar esta afirmación, la organización presidida por Javier Tebas remite a lo aprobado en la Junta de Primera División celebrada el 22 de mayo de 2025. En esa reunión quedó establecido el calendario de competición para la temporada 2025/26, sin que se contemplara ninguna cláusula o contingencia sobre aplazamientos excepcionales ligados a la participación en torneos internacionales.

Frente a los comentarios de Aganzo, que aseguraba contar incluso con la validación del Director de Competiciones, LaLiga se ha mostrado contundente. Según expusieron en un comunicado oficial, no sólo niegan haber incumplido ningún trato, sino que resaltan que han seguido al pie de la letra todos los procedimientos y competencias establecidos en la normativa vigente. Además, subrayan que la propia RFEF desestimó la solicitud presentada por el Real Madrid para aplazar su partido contra Osasuna, propuesta motivada por la participación del club blanco en el Mundial de Clubes, donde llegó a disputar las semifinales.

El caso pone de manifiesto la relevancia de la transparencia y la comunicación entre los diferentes órganos que rigen el fútbol nacional. Por un lado, los futbolistas, a través de la AFE, reclaman que se respeten sus derechos y que se escuchen sus peticiones, especialmente cuando se trata de periodos de descanso tras competiciones tan exigentes como el Mundial de Clubes. Por otro lado, LaLiga defiende la necesidad de mantener la integridad del calendario y el respeto de los procedimientos previamente aprobados por todos los equipos y organismos implicados.

Este tipo de desencuentros evidencian la complejidad de la gestión de una competición como LaLiga, donde los intereses de clubes, futbolistas y la propia organización pueden no coincidir siempre. La postura oficial del organismo presidido por Tebas es la de haber actuado conforme a la legalidad y transparencia, en aras de garantizar el desarrollo normal y justo de la competición. Como ocurre tantas veces en el fútbol, la controversia parece lejos de resolverse de manera definitiva, pero la opinión pública cuenta ahora con más elementos para juzgar lo sucedido, gracias a las explicaciones y comunicados de ambas partes involucradas en este episodio.

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