Dentro de poco serán filiales de un mismo grupo, pero antes han tenido tiempo de verse frente a frente en los juzgados. MásMóvil ha cerrado en las últimas semanas sendos acuerdos para la adquisición de Yoigo y de Pepephone para conformar el cuarto gran operador de telecomunicaciones del mercado español. Pero las dos compañías tienen pendiente un litigio de demandas cruzadas por incumplimiento de contrato que la integración de ambas bajo el paraguas de MásMóvil no va a detener.

Pepephone y Yoigo se acusan mutuamente de incumplir un contrato y piden indemnizaciones millonarias

Yoigo y Pepephone se vieron las caras el pasado 15 de septiembre en un juzgado de primera instancia de Madrid para la primera vista del conflicto judicial derivado de la fracasada alianza que intentaron hace un par de años, según adelantó el diario Sabemos. A MásMóvil le puede incomodar la imagen paradójica de que sus dos nuevas filiales se enfrenten en los tribunales en pleno proceso de compra (la adquisición de Pepephone ya se ha cerrado, y la de Yoigo se formalizará previsiblemente en un par de semanas), pero no le preocupa para nada los efectos económicos del enfrentamiento legal.

Sea cual sea el resultado del choque en los tribunales, MásMóvil no se verá afectada una vez que absorba a los dos grupos. Y es que la compañía incluyó en los respectivos acuerdos para la compra de las dos firmas sendas cláusulas para asegurarse que no se hará cargo de las posibles indemnizaciones millonarias que se deriven del caso, según informan a El Independiente fuentes conocedoras del proceso. Unas cláusulas explicitan que la sentencia afectará exclusivamente a los anteriores dueños de ambas compañías: la sueca Telia, en el caso de Yoigo, y los empresarios Javier Hidalgo y Rosauro Varó, en el de Pepephone.

Una guerra que viene de lejos

El enfrentamiento judicial que ahora se dirime entre el grupo de telefonía Yoigo y el operador móvil virtual Pepephone es consecuencia de un desencuentro que comenzó hace dos años. Ambas compañías cerraron en febrero de 2014 un contrato para que Pepephone pudiera utilizar la red móvil de Yoigo y así convertirse en el primer operador virtual en ofrecer servicios de cuarta generación (4G).  Sin embargo, Pepephone se encontró con que Yoigo realmente no podía ofrecerle el servicio de internet de alta velocidad al que le daba derecho el contrato.

MásMóvil incluyó en las operaciones de compra de ambas compañías cláusulas que le exoneran de toda responsabilidad

La red propia de Yoigo sólo tenía cobertura para poco más del 70% del territorio español, y el resto de la población podía atenderla gracias a un acuerdo para utilizar de manera parcial la red de Movistar. Y para subarrendar esta red prestada Yoigo necesitaba el permiso explícito de la filial de Telefónica, que siempre se negó a ceder su uso para que lo pudiera utilizar el operador móvil virtual.

Ante esta situación, Pepephone –entonces controlada por Javier Hidalgo y Rosauro Varó- presentó una demanda por incumplimiento de contrato contra Yoigo tras estar esperando durante siete meses para ofrecer a sus clientes el servicio 4G. Pero nunca llegó. El operador virtual sostiene que Yoigo firmó un contrato que sabía de manera fehaciente que no podía cumplir, y que la operadora le ocultó intencionadamente que para darle acceso a la red en todo el territorio español primero tenía que contar con el permiso de Telefónica.

De hecho, Pepephone acabó dando por finiquitado ese acuerdo y alcanzado en septiembre de 2014 un nuevo contrato con Telefónica para utilizar directamente su red móvil. Un mes después de ese acuerdo, Yoigo respondió y demandó de vuelta a Pepephone también por incumplimiento de contrato.

MásMóvil acaba de cerrar la adquisición de Pepephone por 158 millones de euros y, al tiempo, ha recibido ya el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) para la compra del 100% de Yoigo por 612 millones de euros, en una operación aún pendiente de cerrarse formalmente.