Francisco García Paramés, el gestor de fondos español más reputado, bautizado por Financial Times como el Warren Buffett europeo, presenta hoy su libro Invirtiendo a largo plazo. Mi experiencia como inversor. El gestor, después de dos años de retiro forzado, tras su abrupta salida de Bestinver, rompe hoy su manifiesta timidez y recelo a la prensa para promocionar su criatura (editada por Deusto) y desvelar, previsiblemente, algunos detalles de su futuro profesional.

La semana pasada, Paramés, contra todo pronóstico y ante la atónita mirada del sector de la inversión colectiva, anunció que no se uniría a azValor, la gestora lanzada por su equipo de Bestinver hace un año. El gestor estrella dio una sorpresa mayúscula al mercado y a sus colegas incondicionales en su etapa en la gestora de la familia Entrecanales (Álvaro Guzmán, Fernando Bernad y Beltrán Parages), que conocieron la decisión de Paramés poco antes de que éste lanzase un comunicado a la prensa.

El gestor , que emprende su carrera en solitario, ya ha iniciado los trámites para constituir su gestora en España y ha alumbrado un libro del que se siente orgulloso. Porque, tal como relata el propio Paramés en la introducción del mismo, lo primero que pactó con el editor fue que él "tendría las riendas del proyecto, incluso para no publicarlo".

En la introducción, el gestor, que hace ahora dos años puso en jaque a la familia Entrecanales al provocar la salida de miles de millones de euros de los fondos de Bestinver, explica los motivos que le llevaron a escribir su libro.

Cuando leí al principio de mi carrera profesional Un paso por delante de Wall Street, de Peter Lynch, me pareció que explicaba tan clara y sencillamente cómo enfocar el proceso de inversión, que no era necesario añadir mucho más. [...] Sin embargo, de forma paulatina y a un ritmo inapreciable se iba produciendo un cambio, quizás por la experiencia, quizás por la arrogancia, y en los últimos tiempos me parecía que ninguno de ellos reflejaba exactamente ni los fundamentos de nuestra manera de invertir ni la forma de trabajar que tenemos.

Paramés también señala que este periodo de dos años en el que ha disfrutado de tiempo libre -la rescisión del contrato con Bestinver le ha obligado a estar lejos de los mercados- ha posibilitado que la idea de escribir un libro se haya convertido en una realidad:

El trabajo de gestor de inversiones es un trabajo a tiempo completo, y el esfuerzo que habría exigido escribirlo lo hubiera tenido que detraer de mi familia, algo que nunca he estado dispuesto a hacer. Desde el momento en que dispongo de ese tiempo, por la obligación de estar dos años sin gestionar, empiezo a recibir de amigos la sugerencia de hacerlo, y comienzo a pensarlo, más exactamente, a rumiarlo.

Paramés, genio de la gestión, reconoce dificultades a la hora de abordar la escritura del manuscrito.

No era un proyecto fácil, pues a la timidez hay que unir el hecho de que, aunque siempre he disfrutado y disfruto leyendo, me costaba la vida misma escribir.

Y desvela dos visitas clave, que le animaron a lanzarse a la aventura editorial. La primera, de Ángel Pardo, hijo de un antiguo cliente de Bestinver.

A principios de 2015, recibí dos visitas en Londres que encendieron la chispa para empezarlo, aunque sin saber todavía si quería publicarlo. Es el primer libro, y el pudor es difícil de vencer. La primera fue del hijo de un antiguo cliente, Ángel Pardo junior, filósofo, escritor e inversor. Comimos en una preciosa brasserie de Chelsea y cristalizó, no el amor del que hablaba Stendhal, sino la idea del libro y una relación en la distancia, pero intensa y esencial. Propuso que me dejara llevar, sin forzar la letra: empezar a escribir lo que se me pasara por la cabeza, dejando las ideas fluir, pues el libro, más adelante, se armaría solo. [...] Me gustó la idea, pues un libro de inversión no necesita principio ni fin, ni una tesis, ni siquiera un asesino. Y no sólo eso. A mí, que me cuesta escribir, me liberó de la esclavitud que supone ponerse enfrente de un folio o iPad en blanco: escribiría sobre lo que se me ocurriera, sin exigencias. 

La segunda visita fue la del editor, Roger Domingo, de Ediciones Deusto (Grupo Planeta), quien llegó hasta Paramés de la mano del mediático inversor Daniel Lacalle.

Me lo presentó Daniel Lacalle, que ya había publicado varios libros con ellos con mucho éxito. [...] Roger tenía un enfoque de la inversión y de la economía parecido al mío, lo que mitigaría cualquier discrepancia. [...] Aceptó que yo iba a escribir el libro que quisiera, tanto en su estructura como en su comercialización. Yo tendría las riendas del proyecto, incluso para no publicarlo, condición esencial para aceptar. Y no sólo eso, sino que me ofreció publicar la versión en inglés con John Wiley, que me parece también la editorial más adecuada, por su larga tradición en clásicos de inversión.

Gracias a ellos me dispongo a escribir y enseguida veo claro la estructura del libro, que ha resultado un homenaje a uno de los libros más importantes del economista austriaco (en todos los sentidos) Ludwig von Mises, Teoría e historia.

Estructura del libro

El propio Paramés cuenta en primera persona cómo ha estructurado el libro y el por qué.

La primera parte del libro está dedicada a contar mi educación y trayectoria inversora. Qué fue lo que pasó y cómo reaccionamos mis compañeros y yo ante ello. Al fin y al cabo, he vivido el final del mayor ciclo alcista del siglo XX; la tremenda burbuja tecnológica de principios del siglo XXI y su colapso; y junto a mis compañeros, la mayor burbuja crediticia e inmobiliaria de la historia de España y su posterior estallido junto con el resto de mercados, en medio de la mayor caída bursátil global desde los años treinta del siglo XX..

En el capítulo 5 entramos en batalla explicando la diferencia entre activos reales y activos monetarios. Los reales son los únicos sensatos para un inversor a largo plazo. Y veremos que, dentro de ellos, invertir en acciones cotizadas supone una ventaja tan decisiva que, si aceptamos esta evidencia lógica y empírica, la lectura del libro será clave para la vida del lector escéptico.

En el capítulo 6 nos adentramos en el mundo de las acciones, y explicamos que el inversor deberá elegir entre la inversión pasiva, la semipasiva y la activa. [...] Si elige invertir en acciones, podrá pasar a los capítulos séptimo y octavo, donde veremos qué tipo de acciones debemos buscar y cómo encontrarlas.

En el capítulo 9 comprenderemos por qué todo esto es posible, por qué existen esas oportunidades y cómo los hombres las creamos con nuestros momentos de irracionalidad, de descontrol de nuestras emociones.[...] La inversión es el análisis psicológico y social de nuestros congéneres y de nosotros mismos. Conocer cómo y por qué actúan y actuamos es la clave del proceso.

El gestor sintetiza los ingredientes para invertir a largo plazo: No seguir las convenciones recibidas, huir de lo evidente, nadar a contracorriente. Hay que leer, hay que pensar, hay que estar dispuesto a arriesgarse y a no hacer concesiones excesivas. Hay que vivir muy atento a nuestro alrededor. En mi caso estos atributos no son muy meritorios: como nos enseña Kant, lo que tiene valor es lo que cuesta, y en mi caso tengo la suerte de que me cuesta poco.

Termina la introducción del libro con una dosis de humildad.

Me considero un privilegiado que no está capacitado para dar lecciones a los demás, pues las circunstancias tanto personales como del entorno siempre me han favorecido. Citando libremente a Warren Buffet, si hubiera nacido en un pueblo africano mi historia no tendría ningún interés.

Capacitado o no para dar lecciones, Paramés, como director de inversiones de Bestinver, logró una rentabilidad media anual de casi el 16% desde 1993 a 2014, frente al 7,8% obtenido por el Índice General de la Bolsa de Madrid.