La banca italiana vuelve a ser foco de agitación en los mercados financieros. Las entidades acumulan fuertes caídas en las últimas jornadas, a medida que se aproxima el referéndum que podría poner en peligro la estabilidad del Gobierno trasalpino. En sólo cinco jornadas, la capitalización de los mayores bancos del país se ha reducido en más de 6.000 millones de euros, lo que supone una caída media superior al 9%.

Banco Popolare y Popolare di Milano restaban este viernes más del 3%, mientras UBI Banca e Intesa Sanpaolo sufrían recortes entre el 1,5% y el 2%. El mal tono también se ha extendido al conjunto de la banca de la eurozona, que resta más del 2% en la última semana.

El próximo 4 de diciembre, el país celebra una consulta popular sobre la reforma del Senado. Aunque la posibilidad de que el gobierno presidido por Mateo Renzi dimita si el resultado es desfavorable, los inversores temen que un voto negativo alentaría a los partidos de corte populista y dejaría al país en una situación de inestabilidad.

Como observan en Link Securities, en las próximas semanas los inversores van a seguir con inquietud las noticias en torno al referéndum, especialmente "si las encuestas siguen señalando que una mayoría holgada de italianos va a rechazar las propuestas de cambios en la constitución realizadas por el Gobierno del primer ministro Renzi, algo que podría provocar su dimisión y que el país entrara en una fase de elevada incertidumbre".

Los analistas de Deutsche Bank estiman que la victoria del no en la votación podría auspiciar un recorte adicional en el índice italiano Ftse Mib de un 6% hasta final de año, con los bancos al frente de la caída, según informa Reuters.

Saneamiento pendiente

El sector financiero italiano está afectado por el peso en sus balances de los créditos dudosos, que alcanzan un volumen conjunto próximo a los 200.000 millones de euros. Las entidades permanecen a la espera de un saneamiento que podría quedar bloqueado en caso de crisis política.

Desde el equipo de análisis de MSCI contemplan la posibilidad de que en tal escenario se produzca una quiebra en masa de los bancos italianos que desencadenaría una severa recesión en el país e incluso pondría en cuestión su solvencia. En un escenario más extremo, los problemas podrían afectar a la confianza en el conjunto de la eurozona.

No obstante, desde JPMorgan defienden que hay suficiente margen para que la victoria del no en el referendum no desencadene una profunda crisis política en el país.

Con estos riesgos sobre la mesa, los inversores han acelerado en las últimas sesiones la venta de acciones de los bancos italianos, que acumulan ya severos castigos en el año, con caídas que en los casos de Monte dei Paschi di Siena o de Banco Popolare rondan el 80%. También los grandes bancos del país han sufrido la tormenta: UniCredit cae cerca del 60% e Intesa Sanpaolo más de un 30%.

Desde Citi se muestran optimistas con la posibilidad de que el sector financiero italiano remonte sus desafíos actuales, pero aseguran que "abordar las preocupaciones sobre la calidad y la rentabilidad es clave para una reevaluación de las acciones así como para la estabilidad del sistema".