Una factura de 1.500 millones de euros. Ese ha sido el coste, en términos de valoración en bolsa, para la banca española del revés que le ha propinado este miércoles la Justicia europea.

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea favorable a una retroactividad total en la anulación de las cláusulas suelo consideradas abusivas en los contratos hipotecarios ha representado un mazazo inesperado para un sector que en las últimas semanas parecía haber recobrado la alegría sobre el parqué.

Las primera reacción de los inversores tras conocerse la sentencia fue elocuente, con el conjunto del sector situándose al unísono en negativo. El valor conjunto de los bancos españoles cotizados se redujo en unos 4.000 millones de euros en apenas una hora.

Con el paso del tiempo, no obstante, los nervios se atemperaron y los inversores empezaron a discriminar entre las entidades más penalizadas y aquellas que se espera que escapen indemnes de este nuevo golpe al sector. En este sentido, Liberbank resultó el banco más perjudicado, al sufrir un descalabro del 13,44%, en lo que representa su peor sesión desde el pasado 24 de junio.

En el Ibex, Popular corrió con la peor suerte, al sufrir un recorte del 5,82% que vuelve a situar su cotización por debajo de la barrera de un euro. Nuria García, analista de Ahorro Corporación, estima que la entidad tendrá que provisionar unos 330 millones de euros para cubrir las posibles pérdidas derivadas de la aplicación de la sentencia y calcula un impacto en el capital de máxima calidad de unos 29 puntos básicos. Desde BBVA estiman para Popular el mayor impacto en términos de valoración, de alrededor del 7,5%.

Otras entidades que recibieron un fuerte varapalo en las horas posteriores a la publicación de la sentencia fueron CaixaBank y Sabadell, que llegaron a registrar caídas próximas al 5%. Al cierre, sin embargo, el descenso se había reducido al 0,8% y el 1,3%, respectivamente. En el caso de la entidad presidida por Jordi Gual, los expertos resaltan el complejo contexto en que le llega este golpe, en pleno proceso de adquisición de BPI.

En el lado opuesto se sitúan los bancos menos expuestos a los riesgos derivados de esta sentencia. Así, por ejemplo, Bankinter logró salvar la jornada con avances del 0,2%, que le vuelve a aproximar a máximos históricos.

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) favorable a la retroactividad total en la eliminación de las cláusulas suelo en los contratos hipotecarios ha caído por sorpresa sobre el sector, que esperaba un dictamen similar al que emitió el abogado general del TJUE el pasado julio, en el que se mostraba partidario de limitar la devolución del dinero cobrado por esta vía sólo hasta 2013.

Ahora, la sentencia contraria a los intereses de la banca ha vuelto a poner en el ojo del huracán a un sector muy golpeado por las dudas en los últimos años, pero que en las últimas semanas parecía haber dejado atrás buena parte de sus pesares. "La banca había corrido mucho en las últimas semanas. El mercado parecía haber olvidado estos problemas y con esta sentencia se vuelve a poner en evidencia que el sector sigue en un entorno operativo muy complicado y que probablemente no es el principal sector para tener en cartera de cara a 2017", observa Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4.

Aunque la mayor parte de los expertos considera que el coste de este varapalo judicial es asumible para el conjunto del sistema, el impacto en capital de la sentencia, en un entorno muy complejo para el negocio de la banca, puede volver a generar recelos entre los inversores. Y más si se tiene en cuenta que el sector financiero aún debe hacer frente a nuevas demandas cuyo coste podría ser incluso superior al de las cláusulas suelo.

El castigo a la banca españolas supuso durante toda la jornada un lastre notable para la bolsa española. El Ibex cerró la sesión con un recorte del 0,38%, lo que le situó como el peor índice entre las grandes plazas europeas. De este modo, el índice ve alejar el objetivo de borrar las pérdidas acumuladas a lo largo de 2016.