La Comisión Europea ha mejorado en medio punto su pronóstico de crecimiento para España en 2017, hasta el 2,8%, desde el 2,3% que estimaba en febrero. Sin embargo, calcula que el déficit público cerrará el año en un 3,2% del PIB. Esta cifra es tres décimas superior al cálculo anterior, pero sobrepasa el objetivo pactado con la UE, del 3,1%.

De esta forma, las previsiones de primavera del Ejecutivo comunitario recogen un incremento del PIB para este año que es incluso superior a la previsión del Gobierno, del 2,7%. Bruselas cree, sin embargo, que la expansión de la economía española se reducirá hasta el 2,4% en 2018, según informa Europa Press.

La Comisión Europea explica la revisión al alza por la "fuerte actividad" registrada en el primer trimestre y añade que el consumo privado seguirá siendo la principal fuente de crecimiento de la economía española, aunque se ralentizará a medida que disminuya la creación de empleo y otros factores que apoyaron mejoras en la renta disponible de los hogares, como la caída de los precios del petróleo, remitan.

En cualquier caso, Bruselas subraya que España sigue creciendo por encima de la media de la eurozona y su PIB volverá este año a los valores previos a la crisis. Además, el informe del Ejecutivo comunitario afirma que la recuperación se está apoyando en un crecimiento "más equilibrado" que en los años previos a 2008.

Pero no se cumplirá el déficit

Por otro lado, la Comisión Europea ha reducido en tres décimas su previsión de déficit público, que ahora sitúa en el 3,2% del PIB, una décima por encima del objetivo pactado para 2017, del 3,1%. Esta revisión, explica Bruselas, se debe al mismo tiempo a las medidas aprobadas por el Gobierno en diciembre del año pasado, a una mejora en las condiciones de financiación, que suponen una disminución en el pago de intereses, y al mejor escenario macroeconómico, que debería apoyar los ingresos fiscales y reducir el gasto en prestaciones por desempleo.

En 2018, la desviación se situaría en un 2,6%, también por encima del objetivo para el próximo año (2,2%), pero aún así estaría por debajo de la barrera del 3%. Este dato es importante, pues supone que, pese al incumplimiento, España se zafaría de la más estrecha tutela de la UE. Además, esta previsión se basa en un escenario sin reformas y únicamente tienen en cuenta la reducción impulsada por la recuperación del ciclo.

Con respecto a la tasa de desempleo, la Comisión Europea calcula que se reducirá 17,6% este año y caerá por debajo del 16% en 2018 (15,9%), su nivel más bajo desde 2009. En este sentido, Bruselas señala que, aunque el crecimiento del empleo se ralentizará durante este año y el siguiente, seguirá siendo "fuerte" y permitirá más caídas en la tasa de paro.

Bruselas espera también que los salarios sigan creciendo "moderadamente" este año, un escenario que, unido a las bajas ganancias de productividad, conduciría a incrementos en los costes laborales unitarios.

La inflación vuelve a crecer

Otras de las lecturas significativas del informe es la previsión de inflación. La Comisión Europea espera que los precios del petróleo sigan marcando el devenir de la inflación en España. Por ello, espera que la inflación media pase del -0,3% de 2016 al 2% en 2017, antes de reducirse al 1,4% en 2018, una vez se disipe el efecto escalón de los precios del petróleo en la segunda mitad de este año.

Asimismo, la UE entiende que la inflación subyacente --descontados los precios de los alimentos frescos y de los carburantes-- se recupere progresivamente hasta 2018 por el repunte, aunque moderado, de los salarios y la consolidación de los efectos de segunda ronda de los costes de la energía en los previos finales.