La manifestación prevista para este sábado en Barcelona en repulsa contra el atentado de La Rambla del pasado 17 de agosto se prevé multitudinaria y sin fisuras. Hay un enemigo común, el terrorismo.

Esto siempre ha sido así, pero la dimensión de la tragedia ha hecho que, frente a la fuerza centrífuga del independentismo catalán, las instituciones públicas en bloque se hayan volcado especialmente con Cataluña y que incluso el Rey Felipe VI haya decidido acudir a la marcha por la Ciudad Condal, un gesto solo visto en el caso del Jefe del Estado con motivo de los atentados de Atocha de 2004.

Lo mismo ocurrirá con la CEOE, que estará en la marcha representada por su presidente, Juan Rosell, tras más de una década sin aparecer detrás de la pancarta. Lo hará, eso sí, en una situación particular: será un catalán representando a los empresarios españoles en tierra catalana y en el lugar natural de los sindicatos.

El que fuera líder de la patronal autonómica Fomento del Trabajo entre 1995 y 2011, antes de suceder al frente de la CEOE a Gerardo Díaz Ferrán encabezará la sexta manifestación a la que acude la Confederación desde la Transición, según los datos recopilados por la propia organización y este periódico.

1981: El golpe de estado del 23F

La primera vez que la CEOE acudió a una gran manifestación fue el 27 de febrero de 1981, cuando más de un millón y medio de ciudadanos salieron a la calle en Madrid para mostrar su rechazo al intento de golpe de estado que se había producido cuatro días antes. El presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, fue el representante de los empresarios aquel día, junto al presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Rafael Termes.

Sin embargo, la postura de la patronal en aquellos momentos no se libró de las dudas y las críticas. Primero porque el posicionamiento de la organización a favor de la Constitución y en contra del golpe no se produjo hasta la madrugada, unas cuantas horas después de la irrupción del teniente coronel Antonio Tejero en el Congreso de los Diputados,  y porque el supuesto gobierno que preparaba el entonces general Alfonso Armada en caso de tener éxito, revelado poco después, incluía como ministro de Comercio al presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat.

1987: Atentado en el Hipercor de Barcelona

Seis años después, los empresarios volvieron a salir a la calle. Fue el 22 de junio de 1987. La banda terrorista ETA había asesinado a 21 personas en el Hipercor de Barcelona dos días antes.

En esta ocasión, unas 700.000 personas marcharon por las calles de la Ciudad Condal en repulsa del terrorismo, con lo que la unidad de acción fue clara e inequívoca. Para entonces, el que sería el patrón de patronos en la CEOE, José María Cuevas, ya ocupaba el puesto de la organización, tras suceder a Ferrer Salat en 1984.

1997: ETA asesina a Miguel Ángel Blanco

Cuevas volvería a ser la cara visible de los empresarios en 1997 con motivo de un acontecimiento que conmocionó a la sociedad y la clase política española. Nuevamente ETA secuestró al concejal del PP en Ermua (Vizcaya) y unos días después le asesinó a sangre fría. Millones de personas se manifestaron por toda España con Madrid como epicentro.

2000: El Teniente Coronel Pedro Antonio Blanco, víctima de ETA

La banda terrorista anunció una tregua indefinida en 1998 que no duraría mucho tiempo. El 21 de enero del 2000, ETA hacía explotar un coche bomba en Madrid que acabó con la vida del teniente coronel de intendencia Pedro Antonio Blanco. La ciudadanía reaccionó una vez más y tres días después se celebró una manifestación en la capital a la que acudió nuevamente Cuevas en nombre de la CEOE.

2004: Atentados de Atocha

La última vez que la Confederación de empresarios acudió a una manifestación fue el 15 de marzo de 2004, tres días después de la matanza de los atentados de Atocha. Por aquel entonces, José María Cuevas sumaba 20 años al frente de la organización, pero aún ostentaría el cargo tres años más. Desde entonces, los empresarios no han estado presentes en este tipo de actos. No obstante, los últimos años han coincidido con la ausencia de actos terrorista de corte islámico (hasta el del pasado 17 de agosto) y con la desactivación de ETA.