Tras la polémica sentencia del Tribunal Supremo, las teorías sobre los posibles intereses ocultos para hacer caer a la banca empiezan a despuntar. La sentencia del Alto Tribunal que ha determinado que son los bancos los que deben abonar el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados en las hipotecas y no los ciudadanos como se hacía hasta ahora ha desatado una agria polémica en el ámbito jurídico y, también, en el financiero.

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