El mapa bancario español vuelve a estar en efervescencia. El anuncio de que Unicaja y Liberbank estudian fusionarse ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de una nueva ronda de concentración en el sector financiero español.

En los últimos tiempos han sido varias las ocasiones en las que los organismos supervisores, tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE), han dejado constancia de su deseo de que la banca española protagonizara una nueva fase de concentración que permita la creación de entidades más fuertes y limite los efectos negativos de la excesiva competencia. Este mismo miércoles, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, indicaba que las fusiones entre los bancos medianos pueden ser una opción para hacer frente a los retos del sector, sobre todo los relacionados con los requisitos regulatorios de capital.

Precisamente, las firmas más pequeñas del sector, entre las que se incluyen las propias Unicaja y Liberbank, han figurado siempre en las quinielas sobre posibles fusiones, tanto entre ellas como por absorción de éstas por parte de alguna entidad de mayor calado. La necesidad de contar con tamaño suficiente para competir en un mercado muy exigente ha sido planteada de forma repetitiva como el acicate que debería espolear esta nueva oleada de concentración.

Abanca se queda huérfana si se concreta la integración de las entidades lideradas por Azuaga y Menéndez

Ahora, la posible integración de Unicaja y Liberbank, de llegar a buen término, podría ampliar la brecha existente en el sector financiero español entre las grandes entidades y los jugadores más pequeños del sector. Tomando como referencia los datos a cierre de 2017, ambos bancos conformarían una entidad con un volumen de activos de en torno a los 92.000 millones de euros. Estas cifras convertirían a la nueva entidad en el sexto mayor operador del mercado español, superando a Bankinter, que cuenta con alrededor de 61.000 millones en activos en España.

La entidad que dirige María Dolores Dancausa, tradicionalmente considerado parte de la banca mediana española, ha quedado muy distanciada de las entidades más grandes del sector. Y aunque su enfoque de negocio, más selecto, le ha brindado unos resultados muy superiores a los de sus competidores en los últimos años, son muchos los expertos que consideran que necesitaría obtener mayor tamaño para poder sobrevivir con garantías en el nuevo escenario al que parece abocado el sector. No en vano, Bankinter cerró recientemente la compra de parte del negocio de Evo Banco.

Bankinter, en otra liga

En cualquier caso, los analistas destacan que Bankinter está en otra liga, ya que se dirige a un perfil de cliente con más recursos que el de las entidades que preparan su fusión, por lo que, a priori, la posible integración entre los bancos que lideran Manuel Azuaga y Manuel Menéndez no tendría por qué afectarle.

Sin embargo, tras Bankinter, figuran varias entidades resultado de la ronda de fusiones entre cajas de ahorros que se produjo en los años posteriores al estallido de la crisis financiera.

Así, el séptimo lugar del ránking por activos en España lo ocuparía Abanca (formada por las antiguas cajas gallegas, Caixanova y Caixa Galicia), Kutxabank (producto de la unión de las cajas vascas BBK, Kutxa y Caja Vital) e Ibercaja (que se fusionó con Caja 3, formada por CAI, Caja Círculo y Caja Badajoz).

Ibercaja, que prepara su salida a Bolsa, tiene tamaño suficiente para sobrevivir y Kutxabank está muy capitalizada

Estas entidades se enfrentan, además, desde hace tiempo, al reto de convertirse en entidades cotizadas, para satisfacer las exigencias de los reguladores. Cuentan con plazo hasta finales de 2020, pero Ibercaja ya ha anunciado su intención de abordar el proceso en los próximos meses.

De éstas, Abanca es, probablemente, la que más presionada se va a ver si Unicaja y Liberbank consuman su unión. Varios expertos financieros subrayan que la entidad que controla el venezolano multimillonario Juan Carlos Escotet se queda huérfana. “Entre los bancos medianos, Ibercaja, que planea su salida a Bolsa a partir de la próxima primavera, es lo suficientemente grande como para sobrevivir en solitario. Sin embargo, Abanca se queda descolgada y no sería descabellado pensar que acabe sumándose a ésta dos”, explica desde La City de Londres un analista financiero.

“Unicaja y Liberbank, por sí solas, no podían negociar con Abanca porque la integración era muy desigual, siendo la gallega mucho más rentable. Sin embargo, un triunvirato, si se concreta la unión de las dos primeras, suena plausible", añade la misma fuente.

Por su parte, Kutxabank, líder en País Vasco, presume de ser una de las entidades más solventes del país. "Está en su feudo, no se mete con nadie y está muy bien capitalizada, por lo que la potencial boda entre Unicaja y Liberbank tampoco debería hacerle daño", explica un analista de Bolsa.