Economía

Las mujeres más poderosas e influyentes del mundo alzan la voz

Un año después de la histórica manifestación del 8-M, las mujeres vuelven a salir a la calle para reivindicar igualdad de derechos

Ana Antón, redactora de El Independiente.
Ana Antón, redactora de El Independiente. | EL INDEPENDIENTE

Un año después de la histórica manifestación del 8-M, las mujeres vuelven a salir a la calle para reivindicar igualdad de derechos.

Ana Botín, una de las mujeres más influyentes del mundo, figura entre las directivas que ha dado un paso al frente para unirse a la causa feminista.

La presidenta de Banco Santander se ha servido en el último año de las redes sociales para denunciar que en su carrera profesional ha visto suficiente como para darse cuenta de que, en general, las mujeres no reciben un trato justo,

De hecho, Botín escribió un manifiesto cuyo título no puede ser más elocuente: "Por qué me considero feminista y tú también deberías". La poderosa empresaria defiende la discriminación positiva y apoya medidas para la conciliación familiar. La mitad de la plantilla de Santander son mujeres pero en puestos directivos el porcentaje es menor. El objetivo de Ana Botín es alcanzar el 30% en 2025.

La banquera española más célebre también ha denunciado cómo en Europa menos del 5% de los puestos de consejeros delegados está ocupado por mujeres y ha puesto en el foco temas como la brecha salarial. En una ocasión, Botín aseguró que el “el castigo de la maternidad no es un mito ya que después del primer hijo, la renta de las mujeres cae bruscamente y nunca llega a recuperarse completamente”.

Como Ana Botín, Christine Lagarde, directora gerente del FMI y probablemente la mujer con más peso en las decisiones que mueven la economía en el mundo, también ha alzado la voz para defender la necesaria lucha contra el sexismo. En una entrevista reciente en The Gardian la dirigiente aboga por una sociedad más igualitaria, clave para crear mayor riqueza.

Según la mandataria, algunos países podría impulsar su economía hasta un 35% si derogasen leyes discriminatorias y aprovechasen el potencial de las mujeres. Indica que el 88% de los países imponen restricciones para las mujeres en sus lugares de trabajo que están recogidas en su legislación. Y alerta de que, incluso en países desarrollados de la OCDE, la brecha salarial de género se sitúa, de media, en el 16%.

Como anécdota, Lagarde desvela que algunos informes del FMI sugieren que los bancos serían más estables si hubiese más mujeres en los consejos de administración, dado que han observado que estas entidades suelen tener mayores provisiones para hacer frente a imprevistos, tienen menos morosidad y asumen menos riesgos.

Conclusión, con el feminismo, ese movimiento apolítico que simplemente defiende la igualdad de hombres y mujeres, ganamos todos.

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