La Confederación Española de Organizaciones Empresariales cerró filas hace un año alrededor de la figura de Antonio Garamendi y le nombró presidente por aclamación, ante la ausencia de oposición interna. Las cosas han cambiado mucho desde entonces y esa unidad se ha roto, ante algunas de las decisiones que ha tomado el líder de la patronal, que han causado un considerable malestar interno.

Esta semana, está previsto que Garamendi presente oficialmente ante la Junta Directiva, al menos, alguno de los fichajes que ha realizado para los altos despachos de la CEOE, que no han sido acogidos de buen grado por algunas de las principales organizaciones.

El que más ruido ha ocasionado ha sido el de Fátima Báñez, que todavía no ha sido confirmado. En un primer momento, Garamendi quiso incorporarla como directiva, con despacho en la planta noble de la sede madrileña de la organización. Sin embargo, según reveló ‘La Información’, la oposición interna a la llegada de la exministra de Trabajo le ha hecho sopesar un cambio de planes, hasta el punto de que su intención actual es la de nombrarla asesora externa.

Tal y como han explicado fuentes de la CEOE a este periódico, alguno de los vicepresidentes de la patronal ha trasladado a Garamendi que considera un error el aterrizaje en la organización de varias personas vinculadas al PP o a las administraciones regidas por este partido en el pasado. No sólo el de Báñez, sino también el de Íñigo Fernández de Mesa, actual responsable de la Comisión de Economía y exsecretario de Estado durante el período de Mariano Rajoy en Moncloa.

A este grupo hay que sumar el de Marta Blanco, responsable del Consejo de Turismo, Cultura y Deporte de la Confederación Empresarial de la CEOE; y exdirectora de Turismo de la Comunidad de Madrid (2017), así como responsable de Turespaña. En ambos casos, con administraciones gobernadas por el PP. También ejerció su cargo como presidente del Instituto Nacional de Estadística bajo el mandato de Mariano Rajoy Gregorio Izquierdo, quien encabeza el departamento de Economía de la patronal.

Entre algunas de las principales organizaciones de la CEOE, también existen reservas con respecto al previsible nombramiento como vicepresidente de Lorenzo Amor, máximo responsable de la organización de autónomos ATA, incorporada hace unos meses a la patronal. A juicio de los críticos, los galones que se concederán al representante de los autónomos serán excesivos.

Este periódico ha contactado con las fuentes oficiales de la patronal para tratar de conocer su opinión sobre las críticas y sobre los nombramientos. Sin embargo, han declinado pronunciarse al respecto.

Decisiones políticas

Fuentes conocedoras de la dinámica del Comité Ejecutivo ven difícil que la sangre llegue al río, incluso aunque se confirmen los nombramientos, aunque reconocen el creciente malestar con Garamendi por decisiones como la de Báñez; o como la de ampliar la estructura orgánica de la CEOE en un momento en el que no han crecido sus ingresos. En este sentido, recuerdan la polémica que ocasionó el que una de las primeras decisiones del nuevo presidente fuera la de asignarse un sueldo de 300.000 euros anuales.

Entre las principales reivindicaciones que los críticos con Garamendi mantienen se encuentra la de situar a la CEOE en una posición dentro del panorama política, pues consideran que es la mejor forma de defender los intereses de los empresarios. En este sentido, consideran que los fichajes próximos al PP no ayudan.

Tampoco las declaraciones del presidente sobre la negociación para formar Gobierno, que entre algunos pesos pesados de la CEOE consideran que han sido innecesarias e incluso contradictorias entre sí.