El pasado martes, en torno a las 18:40 horas, una explosión en el Complejo Petroquímico de Tarragona hizo retumbar a la localidad de La Canoja. Acababa de saltar por los aires uno de los tanques reactores de IQOXE, el único productor de óxido de Etileno de España. Las llamas y la enorme columna de humo sorprendían a los vecinos que paseaban por las calles. Estaban ante el accidente químico más grave de la última década en España, que se llevó por delante la vida de tres personas e hirió a otras siete.

La explosión ha puesto en el punto de mira a IQOXE. La Generalitat la acusa de no facilitar información y no seguir los protocolos, pero la química lo niega. En cualquier caso, la catástrofe ha llegado a los tribunales y ha obligado a empresas de este sector en Cataluña a estudiar mejoras en los protocolos. Hablamos de un sector formado en España por 3.300 empresas, que genera 670.000 puestos de trabajo y que es de los "más seguros" de la industria española, según la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE).

Implantación territorial del sector químico español. FEIQUE

Tarragona es junto a Barcelona y Huelva la gran zona de producción química del país. El complejo Petroquímico de Tarragona, en concreto, representa el 25% del sector, según informa ABC. Ahí, en un espacio de 1.200 hectáreas entre los términos de La Canoja y Vila-seca, se concentran varias empresas conformando el mayor polo petroquímico de España. La patronal detalla además cuáles son las otras zonas en las que se concentra la industria química: País Vasco, Cantabria, Asturias, Castellón, Valencia, Cartagena, Puertollano y Algeciras.

Lo ocurrido en Tarragona ha abierto el debate sobre los protocolos de seguridad del sector. El control de los riesgos en la industria química española está regulado por el Real Decreto 840/2015, de 21 de septiembre, que transpone la directiva comunitaria 'Seveso III'. Un informe de la Comisión Europea publicado en 2017 analizó cómo los países miembros aplicaron los controles de 'Seveso II', el anterior marco regulatorio. Si bien esta normativa contribuyó a una mayor seguridad en las plantas químicas, un número reducido de estados no cumplieron al 100% todas las pruebas de planes de emergencia y las inspecciones.

El informe, que estudia la actividad del sector entre 2012 y 2014, deja patente que los accidentes con sustancias químicas peligrosas son una amenaza para los seres humanos y el medio ambiente y provocan "importantes pérdidas económicas". Pero, sin embargo, su uso "es inevitable en algunos sectores de la industria". En este contexto, España se sitúa como una de las grandes potencias químicas de Europa, solo por detrás de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.

Las empresas químicas que producen grandes cantidades de sustancias peligrosas deben tener un plan de emergencias para el interior de sus plantas y otro para el exterior

En aquellos años, España albergaba 832 establecimientos donde se utilizaban o almacenaban productos químicos o petroquímicos, o donde se refinaban metales. De esta cifra, más de 300 estaban calificados como 'establecimientos de nivel superior', es decir, que trabajaban con mayor cantidad de sustancias peligrosas. Tan solo el 44% de ellas probó en ese periodo sus planes de emergencia externos, elaborados para prevenir o mitigar las consecuencias de los accidentes graves. Por otro lado, el 49% de las empresas de 'nivel superior' no realizó al menos una inspección anual, como marcaba la directiva.

A día de hoy, según establece 'Seveso III', todos los países miembros están obligados a vigilar que las químicas definen su política de prevención de accidentes graves. Las de 'nivel superior', además, deben demostrar en un informe que conocen los posibles escenarios de accidente que pueden llegar a producirse en sus plantas y trazar un plan de emergencia para el interior de sus instalaciones y otro para el exterior. "Si sucede un accidente, las empresas y las administraciones tienen que tener claves de emergencia para que las consecuencias sean mínimas o ninguna", explica a El Independiente Koldo Hernández, portavoz del grupo de químicos de Ecologistas en Acción. "Me imagino que en la mayor parte de los casos las empresas tienen una buena rutina de trabajo, que no quiere decir que sean conocedores de sus riesgos", añade.

Según informa Efe, no hay constancia de que la petroquímica de Tarragona activara su plan interno ni avisara al centro de emergencias CECAT tras sufrir el accidente, paso clave para que se pueda activar el plan de reacción de la Generalitat ante emergencias químicas, el 'Plaseqat'. La empresa, productora de una sustancia peligrosa, ha descartado el error humano y ha asegurado que la planta trabajaba por debajo de su capacidad máxima. Su consejero delegado, José Luis Morlanes, insistió en que el protocolo de emergencia se aplicó debidamente y que avisaron por teléfono y fax.