El próximo curso universitario ha obligado a muchos centros a optar por las clases semipresenciales. Así, la mayoría de universidades españolas alternarán las clases en las aulas y las virtuales para evitar contagios y poder continuar con la formación.

Es un curso diferente y no sólo por la forma en que se retomarán las clases. Este año hay menos estudiantes internacionales. El cierre de fronteras en algunos casos y las restricciones de movilidad o cuarentenas, así como el miedo al contagio fuera de casa, ha provocado que las universidades españolas reciban a menos estudiantes extranjeros. Y esto, lo han empezado a notar las residencias de estudiantes.

Un ejemplo es ‘La Vila’ de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Son pisos compartidos propiedad de la universidad, con habitaciones compartidas, salas comunes e instalaciones deportivas donde conviven estudiantes durante todo el curso escolar. Se trata de una opción para estudiantes extranjeros que quieren vivir cerca de las aulas y que les permite compartir piso con estudiantes nacionales. Sin embargo, según datos de la UAB, la demanda de alojamiento por parte de estudiantes extranjeros ha caído un 70%. En cambio, la de nacionales, ha crecido un 8%.

Otras residencias consultadas por este periódico reconocen que las cancelaciones de estudiantes Erasmus se han ido acumulando a medida que se acerca la fecha de comienzo del curso. Un aspecto que junto con las clases semipresenciales está haciendo que se resienta su negocio.

Mayor peso de los estudiantes nacionales

El informe Real Estate Market Outlook 2020 elaborado por la consultora inmobiliaria y publicado en julio ya advertía que el movimiento de estudiantes se iba a reducir, sin embargo, destacaba que su peso no es muy relevante para el mercado español. “Si bien es cierto que es muy probable que durante un periodo de tiempo el movimiento de estudiantes extranjeros se reduzca, esto no tendrá un impacto severo, ya que más del 80% de los estudiantes alojados en residencias de estudiantes españolas es nacional”, apuntaba.

El problema es que el estudiante español también está pensando mejor sus opciones de alojamiento. Así lo destaca Laia Comas, CEO de Inèdit Barcelona, una empresa de coliving. Comas explica a El Independiente que se han dado “cuenta que el estudiante nacional está decidiendo no venir a Barcelona a estudiar por las clases online. El estudiante nacional está un poco a la expectativa de lo que pase en los próximos meses y prefiere no tener el vínculo de un contrato de alquiler”.

Por ello, Inèdit Barcelona ha creado una 'cláusula Covid' para los contratos firmados para el nuevo curso. Otras residencias han optado por firmar alquileres mensuales en lugar de anuales, para así dar mayor flexibilidad a los estudiantes.

Activo refugio

Con todo, desde CBRE creen que “las residencias de estudiantes han sido a lo largo de los últimos años el segmento más atractivo, en un contexto de demanda sólida y un sistema educativo de calidad. Se trata de un activo refugio para los inversores”. Pablo Callejo, director nacional de sectores alternativos OPRE en la consultora inmobiliaria, explica que “es un mercado que independientemente del momento siempre ha funcionado bien, incluso en las anteriores crisis”.

Callejo opina que si las universidades abren “va a haber demanda de alojamiento”, además, explica que “España tiene un ratio de estudiantes y camas de un 6% más o menos, mientras que en otros mercados estamos hablando de ratios de 13 o 16%, en Reino Unido es del 40%”. Añade: “hay desarrollos muy antiguos que se adaptan a las necesidades de los estudiantes. Si juntas todo eso, hay demanda y hay escasez de oferta”.

El volumen de inversión en 2019 en España en residencias de estudiantes se situó en torno a los 500 millones de euros, cuantía notablemente superior a la registrada el año anterior. A lo largo del primer semestre de 2020 la tendencia continuó con cerca de 760 millones de euros transaccionados, según datos de CBRE.