Una nueva alianza en la banca española se consumó este martes. Unas horas después, las dos entidades explicaban los entresijos y las perspectivas que manejan para el que será el quinto banco por valoración.

No obstante, y a pesar de que ni siquiera se han iniciado los trámites regulatorios para aprobar la fusión, tanto Liberbank como Unicaja no cierran las puertas a nuevas integraciones. 

“Todo es posible. Es una operación muy buena pero no sabemos si va a haber más. Por características y por tamaño se puede dar. Pero a corto plazo el objetivo es cerrar la integración, pero nada se puede descartar”, ha señalado el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez.

En cualquier caso, ambos directivos han recalcado que, aunque el grupo continuará analizando todas las alternativas que creen valor a sus accionistas como han demostrado durante los últimos años, ahora es momento de centrarse en esta operación.

Sin miedo a la morosidad

Por otra parte, Manuel Azuaga, presidente de Unicaja Banco, que así se llamará la nueva entidad, ha aseverado que la nueva compañía afronta con “seguridad” la crisis derivada del coronavirus. “Tendrá la capacidad financiera para continuar con la transformación de la banca y el tamaño permitirá acceder al mercado de capitales como es el de la deuda”, ha matizado.

No obstante, el banquero ha revelado que aunque el incremento de la morosidad “no se podrán evitar”, pero gracias al tamaño y los ratios en los que se mueven tanto Unicaja como Liberbank (3,8% de morosidad) provocará un “menor impacto en la tasa de mora”.

Además, el presidente de Unicaja ha recalcado que el impacto será menor que en otras entidades puesto que el “perfil de clientes” es diferente al de la competencia. 

Ajustes

Al ser cuestionados sobre el ajuste de personal y oficinas, los dos directivos han explicado que deben estudiarse con detalle. Algunos medios de comunicación han comunicado que se plantea el despido de casi 2.000 personas y 400 sucursales. 

“En muchas zonas se dan duplicidades de oficinas y personal, pero debemos ser cautos a la hora de explicar nuestros planes. Se irán conociendo detalles próximamente”, ha matizado Azuaga. 

Respecto a los números de la ecuación de la integración,  las dos entidades han indicado que deberán afrontar unos ajustes globales de 1.200 millones de euros para ejecutar la fusión con el objetivo de ahorrar 192 millones de euros de cara a tres años, lo que supondría el 20% de los costes de la entidad combinada.

Además, se destinarán unos 400 millones de euros en provisiones y que el banco quedará con un ratio de capital de máxima calidad (CET 1 fully loaded) del 12,4%, el más elevado entre las entidades cotizadas.