El sector inmobiliario ha llegado a la crisis del coronavirus habiéndose transformado, con nuevas vías de negocio y en una situación financiera mejor que la de 2008. Aunque la pandemia ha lastrado parcialmente la compraventa de inmuebles, lo cierto es que en los últimos doce años los profesionales que se dedican a esta rama de la actividad, las empresas del sector y también los locales cuya actividad comercial es inmobiliaria se han multiplicado.

Según el Monitor Adecco de Ocupación II, desde 2008 hasta 2020, el empleo en actividades inmobiliarias ha crecido un 33,5%. Es la rama donde más ha aumentado, por delante de la administración pública o las actividades relacionadas con el agua y la energía. 

Anna Puigdevall, tesorera de la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI) en España y directora general de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC), explica a El Independiente algunas de las causas de este crecimiento. “Durante la crisis muchas cadenas cierran sus agencias inmobiliarias y cuando se recupera la actividad, algunas personas abren sus propias oficinas”, cuenta.

De hecho, el número de profesionales no es el único que crece. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos al número de empresas que se dedican a las actividades inmobiliarias, estas han crecido un 58% entre 2008 y 2020. Además, también ha aumentado el número de locales donde se realizan actividades inmobiliarias, en un 62%.

Fácil acceso

En esta línea, Lola Alcover, secretaria del Consejo General del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) comenta que otra razón por la que el sector ha crecido en cuanto a número de profesionales es porque es una actividad de “fácil acceso”. “El único grupo sometido a regulación es el Agente de la Propiedad Inmobiliaria (API)”, explica. En este sentido, justifica que al tratarse de un sector en el que se puede trabajar sin apenas formación, se convierte en la puerta de entrada al mercado laboral para muchas personas.

Desde COAPI están trabajando junto al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para que se establezca una regulación porque consideran que actualmente no hay requisitos para ejercer la actividad inmobiliaria pese a que tiene implicaciones “legales, fiscales y económicas” de gran calado.

Nuevas vías de negocio

Otra de las causas del crecimiento del sector se encuentra en el alquiler turístico. “Las novedades que entran en la actividad inmobiliaria provocan que crezca, que haya más profesionales que se dedican a ella”, explica Puigdevall. Coincide Alcover que cree que “los nuevos nichos por supuesto que favorecen el crecimiento”, en relación al alquiler de viviendas turísticas. Sin embargo, ambas advierten que este negocio se ha paralizado de forma importante durante 2020, aunque esperan que se recupere “en cuanto lo haga el turismo”.

Además del alquiler turístico, ambas expertas mencionan el build-to-rent como una tendencia al alza que también ha impulsado al sector. Se trata de la construcción de viviendas para su alquiler. “Es una rama abierta que ha venido para quedarse, que ha permitido que otros actores entren en el sector y que da respuesta al problema de acceso a la vivienda”, señala la tesorera de Fiabci España.

Coronavirus

Puigdevall reconoce que la situación financiera de las inmobiliarias con la llegada de la pandemia era mucho mejor que en la anterior crisis. “Los endeudamientos eran mucho menores, y eso ha permitido hacer frente a la situación”, apunta. Además, el hecho de que haya sido una “crisis coyuntural y no únicamente en el sector”, explica que el impacto haya sido menor.

La pandemia también ha cambiado las preferencias de vendedores y compradores. “Ha bajado la oferta de casas con jardín, quizá porque quienes las vendían se lo han pensado mejor; a la vez, la gente busca más este tipo de viviendas”, señala.

Por otra parte, Alcover cree que el inmobiliario se ha mantenido como un valor refugio durante la crisis del coronavirus y confía en que todo el ahorro precautorio que han generado las familias tenga impacto en la reactivación de la compraventa de viviendas. “España es un país en el que tener una propiedad sigue siendo una aspiración, también para las generaciones más jóvenes”.