Yolanda Díaz se enfrenta en las próximas semanas a una huelga sin precedentes desde que es ministra de Trabajo. Los principales sindicatos de los empleados de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social han convocado una huelga por "dejar en el olvido" a estos empleados.

En concreto, habrá paralizaciones los días 21 de diciembre de 2022 y los días 25 de enero y 22 de febrero de 2023. Tras muchos amagos de huelgas y exigencias por parte de los trabajadores, los técnicos han dicho basta y se movilizarán para que la ministra acceda a sus peticiones.

"Ni el Ministerio de Trabajo, ni tampoco el Ministerio de Hacienda y Función Pública se quieren hacer responsables de la falta de soluciones en un servicio como la Inspección de Trabajo y Seguridad Social que soporta graves deficiencias desde hace años", señalan los principales sindicatos.

Los inspectores remarcan que existen "graves carencias de plantilla, falta de carrera profesional y descapitalización de plantilla o déficit de recursos técnicos y materiales".

También recuerdan que "existe incumplimiento de los plazos de tramitación y gestión comprometidos a finales de este año por la Administración, tanto Ministerio de Trabajo y Economía Social como Ministerio de Hacienda y Función Pública, para materializar el acuerdo mencionado".

Los trabajadores lamentan que los ministerios lleven "año y medio analizando el conjunto de soluciones acordadas" y no se haya llegado a una solución. De hecho, los sindicatos aseguran que "es una irresponsabilidad abandonar de semejante manera a la plantilla".

En la UCI

Este periódico viene alertando desde hace más de un año la delicada situación que viven los trabajadores del Ministerio de Trabajo. En España el equipo de la Inspección no llega a los 3.000 efectivos, lo que supone uno por cada 15.000 trabajadores en el país. Por centros de trabajo, hay 1.459 centros por cada inspector de trabajo y 1.491 centros de trabajo por subinspector.

Los sindicatos han explicado en reiteradas ocasiones que uno de los principales problemas para rellenar la falta de plazas es el de los exámenes. A su juicio, las "oposiciones cada vez son menos atractivas para los jóvenes". Por ejemplo, En 2019, de las 92 plazas que se convocaron para inspectores de Trabajo y Seguridad Social solo se cubrieron 34.