El Gobierno va a extender una de las leyes creadas durante las primeras semanas de la pandemia del coronavirus y que buscaba la protección de las empresas más importantes de nuestro país.

Con las restricciones a la movilidad y los confinamientos se produjo un gran frenazo económico que desembocó en que casi todas las compañías del Ibex 35 sufrieron grandes recortes en sus cotizaciones. La capitalización de, por poner algunos ejemplos, Natugy, Repsol, IAG, o Telefónica se derrumbaron de forma abrupta, dejando a dichas empresas en una valoración que no se asemejaba a la realidad. Por eso, el Ejecutivo creó el llamado escudo anti opas.

En noviembre del año pasado, el Consejo de Ministros ya amplió hasta el 31 de diciembre de 2022 el blindaje para las empresas estratégicas a través de un real decreto que incluía la extensión de otras medidas para responder a la pandemia, con el objetivo de proteger la seguridad, salud y orden público, así como garantizar la seguridad jurídica de los operadores económicos.

La medida deja así en manos del Gobierno la autorización de las inversiones extranjeras en empresas estratégicas cotizadas en las que se pretenda superar el 10% del capital, así como en aquellas no cotizadas en las que la inversión supere los 500 millones de euros.

Esta nueva extensión del escudo anti opas, por tanto, permitirá que empresas como Indra, Prisa, Naturgy o Telefónica puedan seguir desarrollando su negocio y sus planes estratégicos sin tener que preocuparse por lo que pueda pasar en su accionariado.

Prisa, en el ojo de los inversores

El conglomerado informativo, editor de Cadena Ser o El País, ha tenido durante estos últimos tres años gran alboroto en lo que se refiere a su capital social. La irrupción de Global Alconaba del 7% tras la marcha de Telefónica de Prisa abrió un nuevo abanico de posibilidades en una compañía en la que inestabilidad accionarial ha estado presente durante el último lustro. Durante la vigencia del escudo anti opas, recordemos, HSBC también hizo las maletas y puso en el mercado su 7,89% por valor de 52 millones de euros.

Pero sin duda alguna, Vivendi fue la gran protagonista de este año. El gigante mediático galo pidió al Gobierno una autorización para sobrepasar el 10% dentro de Prisa y llegar a controlar el 29,99%, la barrera para tener que lanzar una opa oficialmente. Finalmente, las reticencias por parte del Ejecutivo hizo que el conglomerado francés diese marcha atrás. Una situación que puede cambiar con la nueva situación de la empresa.

Prisa está trabajando en una ampliación de capital de 150 millones de euros para que, en un principio, irrumpa Mediaset en el accionariado. El mal contexto económico y el encarecimiento de los tipos de interés ha provocado que el editor español tenga que dar entrada a nuevos integrantes en el capital social. Pero, Amber Capital (29,84%) y Vivendi parecen estar interesados en poder aumentar su participación, lo que podría provocar que superasen el 30%, algo que imposibilita el escudo anti opas.

Oughourlian, pendiente de Indra

Amber Capital, dueño mayoritario de Prisa, también maniobró hace escasos meses para irrumpir en Indra, una de las compañías más estratégicas de nuestro tejido empresarial por su presencia en el sector de Defensa y de las comunicaciones. En una maniobra sorprendente, apoyada por el Gobierno, Joseph Oughorulian adquirió el 4,18% del total de las acciones para, más tarde, aumentar su participación al 9,99%.

Amber, desde que entrara en el negocio, ha ganado peso dentro del consejo de administración y, tal y como adelantó este medio, ha puesto sobre la mesa dividir la compañía en dos. Fuentes del mercado revelan que el empresario armenio “tiene un gran apetito en Indra” y que las intenciones del fondo de inversión "pasan por aumentar su participación" en un futuro, situación que obligaría al Ejecutivo de Pedro Sánchez a pronunciarse a favor o en contra.

Naturgy, pendiente de Total Energies

Naturgy es otra de las compañías estratégicas de nuestro país. La gasista ha resultado ser imprescindible para garantizar el suministro de la materia prima en nuestro país tras la guerra en Ucrania. El acuerdo con Sonatrach permite a nuestro sistema tener el suficiente gas para no tener que depender de terceros. Además de eso, la empresa española posee grandes infraestructuras, lo que le hace ser una sociedad más que apetecible para los inversores.

Hace pocos meses, la compañía dirigida por Francisco Reynés anunció el Proyecto Géminis, que consistía en dividir en dos a la compañía. No obstante, la guerra hizo que se pospusieran los planes. Con todo, Naturgy es muy apetecible para los inversores y TotalEnergies, gigante energético francés, ya ha empezado a mover hilos para irrumpir en el capital social de la gasista.

Tal y como avanzó Vozpópuli la empresa francesa habló con CVC Capital Partners, dueño del 20,4% de Naturgy, y Global Infrastructure Partners (GIP), fondo estadounidense que controla desde 2016 el 20% de la gasista española para conocer su posición en la gasista española.

Telefónica, arrastrada por el mal del sector ‘teleco’

Telefónica, que durante la pandemia fue una de las compañías clave para poder sostener todo el tráfico de datos que se produjo mientras millones de personas estaban confinadas, también saldrá reforzada de este escudo anti opas.

Tal y como explicaba este periódico recientemente, desde las empresas de telecomunicaciones existe una gran preocupación por el presente y el futuro del sector en Europa. La gran competencia existente entre las ‘telecos’, en permanente crecimiento por los precios que marcan las low cost y que hacen que se rebajen los márgenes por cliente, se ha sumado la irrupción de las tecnológicas, que no pagan ni un solo céntimo de euro por utilizar las redes desarrolladas y que han sido pagadas por las propias compañías.

“Hay empresas estadounidenses y asiáticas que crecen año a año y que tienen revalorizaciones de hasta el 30% en bolsa. Dichas compañías disponen de una gran cantidad de dinero en caja y adquirir empresas europeas podría ser una ganga para ellas”, admiten desde el sector en conversación con este periódico.

En la actualidad, la compañía tiene una capitalización bursátil de apenas 20.000 millones de euros, después de que la crisis del coronavirus castigara sus acciones, al igual que al resto del sector de las telecomunicaciones. La operadora ha controlado mejor el temporal este año y solo cede un 8% en este 2022, pero desde la pandemia las acciones se dejan un 43%.