La superficie cinegética española aguanta el descenso de las licencias de caza. El último Anuario de Estadística Forestal del Ministerio de Transición Ecológica refleja una caída del 9% en los permisos, sin embargo, el terreno en el que los cazadores pueden disfrutar de su actividad es el 85% del total de España. Los cazadores ponen en valor el aprovechamiento forestal y la sostenibilidad de su deporte, pero sobre todo, el motor económico que representa "especialmente en la España vaciada". "En muchos pueblecitos el 70% de los ingresos de los ayuntamientos viene de los cotos de caza, sobre todo en Soria, León, Palencia,Teruel o Cuenca. Hay muchos sitios que viven de la caza", explican desde la Real Federación de Caza (RFEC) a El Independiente.

Sólo las 678.483 licencias expedidas en 2020, año más reciente del que se tienen datos, representan un valor de 18,2 millones de euros. Además, los propietarios y gestores de terrenos cinegéticos invierten conjuntamente más de 233 millones de euros en repoblaciones y otras inversiones de conservación medioambiental y 54 millones de euros en el mantenimiento de vías y caminos.

El coste por alquilar un coto de caza oscila principalmente por la modalidad -caza menor y caza mayor-, del cupo de animales que concentre y del prestigio de la zona: "Por ejemplo, en la provincia de Soria un coto de 3.000 hectáreas de corzos puede rondar los 20.000-25.000 euros al año. Estamos hablando de que son 8-10 precintos de corzo a una media de 1.700-2.000 euros por pieza".

El Informe Evaluación del Impacto Económico y Social de la Caza en España realizado por Deloitte para Fundación Artemisan refleja que la actividad cinegética genera cada año en España un gasto de más de 5.470 millones de euros, el 67% directamente de la cartera de los cazadores y el 16% de los dueños de los cotos. "La caza es un recurso que da mucho dinero. El que tiene un coto siempre gana porque además de lo que saca directamente del alquiler, se trata de una labor fundamental para que no haya superpoblación de ningún animal y para que exista una gran biodiversidad. La gente lo tiene claro", aseguran en la RFEC.

Negocio de los cotos de caza

El precio medio de un coto de gestión privada en España es de 580 euros. "Toda caza genera riqueza en España, aunque es cierto que no es lo mismo un coto en Galicia que un coto espectacular de los Montes de Toledo", comentan las fuentes consultadas. Casi la totalidad de los espacios cinegéticos españoles pertenecen a entes privados, ya que sólo 1.086 de los 32.187 son de oferta pública.

Una práctica habitual en el campo es que una persona se haga con los derechos de un un coto entero y que vende los precintos correspondientes. "Así caza gratis otros animales y además gana dinero. Por ejemplo corzos en Soria, que es la mejor zona para ello en España, se pagan a 2.000 euros el precinto, por lo que si hay cupo de seis machos al año salen a 12.000 euros anuales. Si ese espacio lo sacan a subasta la cifra sube y el que gana se queda con el coto, normalmente con un contrato de 5 años", desentrañan en la RFEC.

Los defensores de la caza argumentan que además de la rentabilidad económica, la actividad cinegética es donde mejor se está conservando especies en riesgo: "Los casos del águila imperial y del lince ibérico, que se están recuperando en cotos de caza y en fincas privadas gracias a lo que están haciendo tanto los gestores de los cotos como los propios cazadores, son los mejores ejemplos".

Los tratos de los propietarios de los cozos van más allá de la transacción comercial. Javier, ganadero de 52 años con un coto de caza menor en la provincia de Salamanca, subraya a este diario la versatilidad del espacio cinegético: "En mi finca hemos tenido alquilado el coto toda la vida y le sacábamos un buen beneficio. Ahora, llevamos unos años en los que mantenemos el coto, pero no lo alquilamos. La gente puede pensar que no es rentable, pero de esta manera yo invito cuando quiera a quien sea. Tener la oportunidad de ofrecer tu casa para cazar es un gran valor en el campo", concluye el empresario, que se refiere a casos concretos como "dejar venir los domingos a un chaval que a veces me arregla maquinaria, o a un amigo que le guste".

El fenómeno de los cotos de caza, "que en muchos casos atiende a leyes de prestigio y de oferta y demanda", permite que los locales cacen gratis o por una cantidad simbólica en un gran número de municipios. "Hay comarcas con fama de buena caza que alquilan los cotos por un dineral y eso permite que la gente de allí pueda ir libremente. Incluso, si son buenos pagadores, los propios cazadores ponen a un guarda para que vigile el monte y, como la cifra es buena, favorece para que la gente de allí disfrute de otra modalidad de caza en el mismo lugar pero de una manera infinitamente más económica".