Hace no tanto tiempo, todo el mundo compraba discos de música y películas en DVD. Para muchos, no bastaba con ir al videoclub, puesto que preferían poseer esos productos culturales. Ahora 230 millones de personas en todo el mundo pagan mes a mes por Spotify y 490 millones por Netflix, por no mencionar el resto de plataformas de series, películas y música. Y muchos ni siquiera tienen en casa cómo reproducir esos cedés que solían coleccionar.

En la misma línea, los jóvenes han dejado de comprar videojuegos físicos para adquirirlos online a través de la plataforma Steam y cada vez más se desplazan por las ciudades con bicicletas, patinetes, motos o coches que no son de su propiedad, sino que alquilan por unos minutos sin necesidad de pisar una oficina. Simplemente los localizan en la misma calle con sus teléfonos móviles móviles, los desbloquean a través de códigos QR y cuando han terminado de usarlos los aparcan, listos para el siguiente usuario.

Los servicios de suscripción están en auge, y con esa tendencia en mente, la startup alemana Grover quiere ir más allá. Si los consumidores están dispuestos a alquilar música, cine, videojuegos o vehículos, ¿por qué no móviles, ordenadores o aspiradoras? "La sociedad se está dando cuenta de que no puede estar comprando dispositivos cuando el uso que se le da es de un año, y después ¿qué haces con ellos?", se pregunta Marc Schmid, responsable de desarrollo de ventas de Grover, en conversación con El Independiente.

La idea es que el usuario pueda acceder a cualquier dispositivo tecnológico -ofrecen más de 5.000 tipos-, de drones a patinetes, de teléfonos a tablets y portátiles, equipos de gaming, roombas o robots friegasuelos, aspiradoras Dyson, cámaras de vigilancia o masajeadores. Por bandera, un mensaje ligado a la sostenibilidad y el medio ambiente, pero también de democratización de la tecnología: buscan que nadie tenga por qué quedarse sin el último ordenador o la última videoconsola.

Así, lo que más se alquila en Grover son los teléfonos móviles, seguidos de las tablets, los portátiles y los equipos de gaming y realidad virtual, pero también "porque son los que más rápido evolucionan". En el mundo de los videojuegos la compañía ha encontrado un nicho al descubrir que el público del gaming necesita disponer de ordenadores muy potentes y cambiarlos cada vez más deprisa "porque cada juego necesita unas características muy específicas de potencia". Además, para muchas familias puede no ser sostenible el comprar una nueva consola cada uno o dos años a sus hijos.

En la web de Grover, el usuario puede seleccionar el dispositivo que necesite y la gama que prefiera, así como si lo alquila durante un mes, tres, seis o un año. Cuanto más tiempo se alargue el alquiler, más barato resulta el alquiler mensual. Y si el consumidor termina decidiendo que quiere tener el dispositivo para siempre, puede terminar comprándolo por, en total, un precio algo superior a lo que le habría costado adquirir el producto nuevo de primeras.

En la búsqueda de la rentabilidad

Por el momento, la empresa no es rentable, pero ha levantado más de 2.229 millones de dólares (alrededor de 2.110 millones de euros al cambio actual) según la plataforma de análisis de empresas CB Insights y desde 2022 está valorada en más de 1.000 millones de dólares, por lo que se la considera una empresa unicornio. Según datos de Grover, en todo el mundo ya cuenta con más de 600.000 suscripciones activas, unas 250.000 en España, país donde empezaron en 2021. Y por el momento cuentan con sede en Alemania, Austria, Italia, España y Estados Unidos, aunque hacen envíos a cualquier parte de Europa.

Grover ha preferido no compartir esos datos con este periódico, pero según el medio especializado en tecnología TechCrunch la startup consiguió facturar 43 millones de dólares en 2021 y se dirigía hacia la rentabilidad. Su responsable de desarrollo de ventas, Schmid, asegura que ese es el mayor reto actual de la compañía y que pretenden lograrlo este año. Sin embargo, el año pasado varios medios especializados advertían de que la inmensa mayoría (90%) del dinero que ha levantado la compañía es deuda, algo que ha salido mal en muchas otras empresas.

Al mismo tiempo, este año Grover luchará por expandirse por Europa. En algunos países le será algo más complicado. "En España es un reto el cambio de mentalidad porque nuestra conciencia medioambiental es más laxa, es más costoso en comparación con otros países. En Alemania hay mayor consciencia a nivel medioambiental, la sostenibilidad está más integrada en la cultura", reconoce el portavoz de la compañía.

Alquilar con solo un DNI y una tarjeta

Para la startup, una de las principales ventajas de su servicio es la facilidad para alquilar dispositivos y la rapidez con la que llegan a casa. Con tan solo el DNI y una tarjeta en la que hacer el cargo, y sin depósitos ni fianzas, el usuario puede darse de alta. Como en cualquier otro servicio de suscripción. Una vez verificada su identidad, en entre tres y cinco días el dispositivo habrá llegado a la dirección señalada.

Así, si una persona busca una cámara tipo GoPro para un viaje a Tailandia, con la que poder realizar fotos debajo del agua y no pretende utilizarla mucho después, puede pedirla a través de la web y contar con que la recibirá en un plazo corto de tiempo. Los dispositivos, además, cuentan con un seguro que cubre el 90% de los costes de reparación en caso de que se produjera un accidente.

Aunque Schmid recalca que sus aparatos "apenas sufren con el uso". Así, aseguran que arreglan alrededor de 1.500 dispositivos al mes y que el mayor número de veces que han recirculado un dispositivo han sido 27, el caso de una GoPro. Pero también recalcan que el usuario puede contar con que siempre recibirá el producto en "muy buenas o perfectas condiciones", de manera que el usuario pueda disfrutar de ese dispositivo como si lo hubiese comprado nuevo. Esperando que en unos años, comprarse un móvil o un ordenador sea tan poco común como hoy comprar una película.