El adiós al caucho en las superficies deportivas en el plazo de ocho años marcado por la Unión Europea pone en jaque a los más de 10.000 campos de fútbol de césped artificial de España. Descartado tanto el regreso al vetusto tándem barro-Mikasa, como la proliferación de terrenos de hierba natural -con su limitado uso y costoso mantenimiento en términos humanos e hídricos-, el rompecabezas de las superficies deportivas encuentra la solución en el plástico de los invernaderos, el corcho y el hueso de aceituna.

El nuevo Reglamento UE 2023/2055 de la Comisión prohíbe la fabricación y comercialización de microplásticos como el caucho empleado de relleno en los campos de césped artificial. La ley afecta principalmente a entidades amateur y escuelas deportivas, las habituales en pisar el césped artificial y acumular partículas de caucho en sus equipaciones durante las últimas dos décadas y para las cuales es un imposible mantener una instalación de césped natural.

En Alhama de Murcia, un municipio que apenas supera los 21.000 habitantes, se encuentra una de las llaves para salvar el fútbol amateur, ya que Green World Compounding, la empresa la líder de reciclaje de plástico agrícola en Europa, desarrolla el Proyecto LIFE T4C.

"Desarrollamos el ecolastene, un material para superficies de césped artificial que tiene baja huella de carbono porque viene del residuo plástico agrícola. En cuanto a sustancias perjudiciales no hay ningún problema porque no tiene las desventajas del caucho. Como es un producto desarrollado para la aplicación específica del deporte, cumple con todas las exigencias técnicas", explica en conversación con El Independiente Salvador Navarro, director de I+D+I de Green World Compounding.

Según apunta Navarro, en 2015, el caucho cubría un 97% de cuota de mercado a nivel mundial en superficies deportivas; sin embargo, a partir del 2016 se publican informes sobre que el caucho, que procede de neumáticos usados, puede emitir sustancias cancerígenas. "A nivel global se pierde confianza, pero como no había alternativa, la sustitución ha ido más lenta de lo ideal", comenta el miembro de la compañía pionera en desarrollo del ecolastene.

Uno de los fuertes de la opicón nacida en Alhama de Murcia es el tamaño del ecolastene. "Este nuevo relleno no está considerado como microplástico porque es mayor de 5 milímetros; el uso y el aire libre no lo descomponen y las pérdidas del mismo son inferiores a 7 gramos por metro cuadrado", límite que marca la nueva normativa europea.

El Proyecto LIFE T4C une a Green World Compounding con Polytan, una empresa alemana dedicada a la elaboración del césped sintético. "En LIFE T4C desarrollamos una solución integral la instalación deportiva. Green World Compounding se encarga del relleno de ecolastene, Polytan del césped y la responsabilidad sistema de confinamiento pertenece a otra empresa. Lo que ofrece el proyecto es la solución completa, es decir, que el relleno no sea microplástico y que no haya fugas al ambiente", explica Navarro. Además, las empresas integradas en el Proyecto LIFE T4C garantizan que los terrenos se mantengan a temperaturas más bajas, lo que reduciría aún más la necesidad de agua.

El futuro del césped artificial

La indicación de la Unión Europea, que pretende reducir las emisiones de microplásticos en el medio ambiente en un 30 %, obliga a eliminar el caucho de las superficies deportivas antes de 2031, lo que implica un cambio radical en el modelo actual.

La solución creada por Green World Compounding despeja las principales incógnitas de la normativa, ya que "todas las superficies deportivas de césped artificial con caucho pueden sustituirse con ecolastene", asegura Navarro, que puntualiza que "hay que ver en qué estado de vida útil está la hierba, porque si la hierba está ya al final de su etapa es mejor cambiar todo el campo, no solo el caucho. Por ejemplo, en campos con caucho que llevan dos años construidos, se aspira el derivado de los neumáticos y se sustituye por el ecolastene".

Navarro sostiene que la opción patentada por Green World Compounding cubrirá una importante cuota de los campos, aunque "lo normal es que para sustituir el caucho coexistan rellenos de tipo polimérico, como el nuestro, con rellenos naturales como el corcho y huesos de aceitunas".

"El corcho y el hueso de aceituna a nivel ambiental son estupendos, pero tienen el problema de que se mezcla un relleno natural con el material sintético, la alfombra, lo que genera complicaciones para el reciclaje al final de la vida útil. A nivel de jugabilidad, el ecolastene tiene mejores propiedades porque está hecho específicamente para ello", concluye Navarro.

Campo de césped artificial con corcho

El Estadio Municipal de Deportes de San Vicente de Alcántara (Extremadura), cuenta desde 2018 con un campo de fútbol de césped artificial que "cumple con todas las normativas europeas actuales y futuras", presume el Consistorio en referencia a que el material de su base es el corcho, "producto estrella y medio económico del municipio".

Uno de los fuertes del corcho, según el Ayuntamiento, es que se trata de un material "biodegradable, no tóxico y con nulo impacto en el subsuelo", además de que aporta "numerosas ventajas" respecto a los rellenos tradicionales, como el "considerable ahorro" de agua para bajarle la temperatura, que es "menos abrasivo", reduce el riesgo de lesiones, "no tiene olor y su aspecto es mucho más natural".

La empresa suministradora del corcho, Granulext, es de la propia localidad. San Vicente de Alcántara es el centro transformador de corcho "más importante de España" y fue la encargada de suministrar el material en 2018, así como de reponerlo cada vez que es necesario. Según recoge Europa Press, Antonio de Prado, director de Granulext, ha destacado que desde hace ocho años se exporta corcho a Francia, Irlanda, Alemania, Holanda, Dubai y Marruecos para la construcción de campos de fútbol.