El conjunto de las administraciones públicas ha conseguido reducir su déficit en algo más de un punto el año pasado. Pese a que no se ha aprobado una senda de consolidación fiscal a medio plazo, como pedía la AIReF; pese a que la inflación fue de casi la mitad que en año anterior; pese a los malos augurios que pronosticaban un déficit por encima del 4% -tanto el consenso de Funcas como la propia Comisión Europea así lo recogía en enero-. Pese a todo, el déficit del conjunto del Estado terminó el año dos décimas por debajo de lo que el propio Gobierno preveía, hasta alcanzar el 3,66%, siendo el objetivo del 3,9%.

¿Cómo ha podido España reducir tanto su déficit en un año en el que han estado en vigor multitud de medidas de apoyo para aplacar el impacto de la inflación en empresas, consumidores y autónomos? La clave está en el fuerte incremento de que nuevo han experimentado los ingresos públicos. Se habla de déficit cuando la diferencia que hay entre los ingresos y los gastos presupuestados de las Administraciones Públicas da un resultado negativo. Pero si los gastos se mantienen al mismo nivel y los ingresos aumentan, el déficit se reduce, como ha sucedido en 2023.

Aunque los datos de ejecución presupuestaria al completo no van a publicarse hasta el próximo miércoles, Hacienda ha adelantado este jueves que los ingresos públicos aumentaron el año pasado un 6,4%, hasta un total de 271.935 millones de euros. Es decir, que el conjunto del Estado ha recaudado casi 16.500 millones de euros más. Los técnicos del Ministerio achacan más o menos un tercio de ese aumento de la recaudación al efecto de la inflación, puesto que si los productos y servicios se venden más caros, los contribuyentes pagan más en impuestos indirectos como el IVA.

Pero el resto del mejor comportamiento de los ingresos públicos lo atribuyen al crecimiento económico, que ha conducido a una importante creación de empleo -en el conjunto de 2023 se crearon 780.000 puestos de trabajo y el PIB creció un 2,5%- y por tanto a que más personas no solo paguen impuestos sino consuman bienes y servicios. Además, la recuperación de los salarios -el año pasado los salarios vinculados a convenios colectivos crecieron un 3,46%- también han impulsado esa mayor actividad económica de los hogares, y lo mismo habría sucedido con los beneficios empresariales, que han sido mejores y por tanto aportan más a las cuentas públicas.

Los números ponen de manifiesto que la receta austeridad de la derecha es absolutamente errónea"

María jesús Montero, ministra de hacienda

"Esta reducción es consecuencia de una política económica exitosa y progresista (...) pese a la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania", ha asegurado la ministra del ramo, María Jesús Montero, remarcando que el crecimiento económico que registró España el año pasado (+2,5%) quintuplicó la media de la zona euro (+0,4%). Otro factor, ha destacado, ha sido el "impulso inversor" de la mano de los fondos del Plan de Recuperación.

"Los números yo diría que ponen de manifiesto que la receta austeridad que aplican los gobiernos de derechas es absolutamente errónea, porque es compatible la reducción del déficit con el fortalecimiento del estado del bienestar. Tenemos la capacidad de salir antes de situaciones de crisis cuando se aplican políticas que protegen las rentas, y sobre todo se puede producir empleo en estas circunstancias si se protege al tejido productivo", ha enarbolado.

El IRPF mejora su recaudación un 10%

Según los pocos datos que Hacienda ha facilitado, el impuesto que más ha mejorado su recaudación ha sido el IRPF, un 10%. En total, Hacienda ha ingresado a través de este gravamen, el impuesto sobre la renta de las personas físicas, 120.280 millones de euros, casi 10.800 millones más que el año anterior. Casi al mismo nivel (9%) aumentó la recaudación por el impuesto de sociedades, el que pagan las empresas, que el año pasado ingresó 35.060 millones de euros, casi 3.000 millones más que en 2022. Hacienda atribuye esta mejora a los buenos resultados empresariales.

En cambio, por IVA se ingresó apenas un 1,6% más, hasta alcanzar los 83.909 millones, cifra que está muy influida por la rebaja del IVA de los alimentos más básicos y también por la supresión del mismo impuesto en el gas y en la electricidad. Es por eso que el Gobierno apunta que de no ser por el llamado escudo social, esto es, el conjunto de medidas de protección a los consumidores para mitigar el impacto de la inflación, el déficit del año pasado se habría situado en el 2,5%. Por su parte, en impuestos especiales se ha recaudado un 2,6% más, hasta los 20.757 millones de euros.

"Las cifras, la realidad, los hechos ponen de manifiesto que una mejora de ingresos es compatible con la aprobación de un amplio paquete de medidas que incluyen las mayores rebajas impuestos de nuestro país", ha insistido Montero. Gracias a la menor presión de los impuestos indirectos, la presión fiscal ha bajado al 38% del PIB, tres décimas menos que en 2022. De cara a este año, la previsión del Ejecutivo es continuar reduciendo el déficit al menos hasta el 3%.