El déficit del conjunto de las administraciones públicas se situó en 2023 en el 3,66%, del PIB, algo más de un punto por debajo del dato de 2022 y dejando el agujero en las cuentas públicas en los 53.556 millones de euros. Tal y como adelantó este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el Ministerio de Hacienda ha presentado este jueves los datos de ejecución presupuestaria del ejercicio pasado, es decir, el estado de las cuentas públicas, lo que implica dar a conocer cómo terminaron las cuentas todas las administraciones y cuánto más se recaudó, entre muchos otros datos.

La buena noticia es que el déficit público se ha reducido en un año mucho más de lo esperado -el objetivo comprometido con Bruselas era del 3,9%- y en 6,4, puntos desde que comenzó la pandemia. La mala, que continúa por encima del 3%, el nivel que exigen las reglas fiscales europeas que volverán a entrar en vigor el próximo año, y por lo que el Ejecutivo no podrá dejar de reducir el gasto como buenamente pueda. En cualquier caso, el Ministerio es optimista al respecto, porque entiende que el crecimiento económico y la creación de empleo que está prevista conseguirá hacer ese trabajo, sin que sean necesarios recortes.

"El Gobierno de España no tiene previsto aplicar ninguna política de recortes. Creemos que un crecimiento muy robusto y que vendrá de la mano fundamentalmente de una mayor creación de empleo y mayor amplitud de la base imponible nos va a permitir ir bajando déficit de forma sostenida", ha asegurado la ministra, María Jesús Montero, en rueda de prensa. Además, ha ratificado que el objetivo del Ejecutivo sigue siendo llevar el déficit al 3% a finales de este año, con o sin presupuestos.

"Hemos logrado reducir la deuda en 17 puntos porcentuales en apenas tres años. El Gobierno de Rajoy apenas lo hizo en 3,5 puntos en tres años, desde el pico que se alcanzó en 2015", ha presumido la ministra, en una comparecencia con importante carga política. Entre otros, Montero ha lamentado que las previsiones económicas de la previsión siempre fracasen, y ha presumido de que desde el estallido de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus el Gobierno todos los años ha cumplido con los objetivos que había comprometido con Bruselas, "incluso mejorando las estimaciones de la mayoría de los organismos".

"La realidad se ha impuesto a las profecías apocalípticas. Hablaban de una recesión irremediable, y nada de eso se ha producido, sino todo lo contrario: el crecimiento de España volvió a superar la mayoría de las estimaciones", ha afirmado la también vicepresidenta primera del Gobierno.

Sin escudo social, el déficit habría caído al 2,5%

Si no fuese por el esfuerzo fiscal que ha tenido que llevar a cabo el Gobierno para las medidas para mitigar el impacto de la inflación, el Ministerio calcula que el déficit el año pasado habría terminado en el 2,5% del PIB. Por tanto, entiende que los datos muestran el esfuerzo "inédito" que el Gobierno ha hecho para ayudar a autónomos, empresas y familias, para levantar este escudo social pese a la necesidad de ajustarse el cinturón para cumplir con las reglas fiscales.

Respecto a las normas europeas, Montero ha recordado que hasta septiembre la Comisión no va a exigir presentar un plan estructural fiscal, al mismo tiempo que no está claro si Bruselas pedirá al mismo tiempo presentar para el mes de abril el plan de estabilidad. En cualquier caso, lo que el Ejecutivo lleva por bandera es que ha reducido su déficit y su deuda de forma responsable pese a no ser necesario, por estar las reglas fiscales suspendidas, ya que era "su compromiso".