Y el último día del año, el bombazo. Óscar Vilda, hasta ahora CEO de la operadora Finetwork, abandona la compañía después de 20 meses en el cargo, justo cuando cerraban el mejor año de su historia. Un movimiento que ha pillado por sorpresa al sector en plenas vacaciones de Navidad, y que se produce en un momento clave para la empresa.

En el comunicado, Finetwork se limitaba a decir que la salida de Vilda se producía con "efecto inmediato", y explicaba que nombrarán un sustituto en los próximos días. Hasta que llegue ese momento, la empresa estará dirigida por un "Comité de transición", compuesto por Pascual Pérez, fundador y presidente de la marca (conocido también por ser el presidente del CD Eldense, que milita en la Segunda División); Manuel Hernández, actual director de Negocio de la empresa; y Carlos Valero, director de Tecnología.

Desde luego, por los números no será. A mediados de noviembre el propio Vilda ofreció una rueda de prensa ante los medios de comunicación en la que adelantaba que cerrarán 2024 con 1,33 millones de clientes (un 30% más) y unos ingresos de 157 millones de euros (un 24% más). Buenas cifras, que se unen a los datos de portabilidad neta anual, que rondarán los 160.000 nuevos clientes (un 500% más).

A pesar de ello, el propio comunicado de Finetwork ya deslizaba que la intención en realidad es darle un giro al rumbo estratégico de la empresa. "Se abre ahora una nueva etapa de consolidación para esta compañía, con la finalidad de seguir mejorando día a día el servicio que proporcionamos a nuestros clientes y distribuidores", afirmaba Pascual Pérez.

La decisión llega en un momento clave para Finetwork. Y es que a partir del 1 de enero de 2025 la operadora pasará a gestionar su propio NRN -Network Routing Number, o prefijo de encaminamiento de portabilidad-. Se trata del paso fundamental para que puedan empezar a operar como un operador móvil virtual (OMV) a todos los efectos, y dejen de actuar como una 'marca blanca' de Vodafone.

Para la empresa, esto traerá beneficios importantes. Nueve años después de su fundación y cinco después de comenzar a operar de manera nacional, podrán tener clientes propios. Hasta ahora, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le otorgaba los 1,3 millones de servicios activos en España de Finetwork a la propia Vodafone.

Hace apenas unos días este periódico avanzó que el traspaso de clientes de la cartera de Vodafone a la de Finetwork, uno de los puntos más importantes del proceso, se había completado casi tres meses después: "Empezamos la migración el pasado 23 de septiembre, de lunes a viernes, y en efecto ya hemos concluido este proceso, a excepción de un número muy residual de líneas que serán migradas durante un día de enero y que han quedado pendientes precisamente por una cuestión técnica relacionada con la asignación de esos pocos NRNs)", detallaron fuentes de Finetwork.

En medio de todo esto, está por ver cuál será el próximo destino de Vilda, que en el pasado ya ejerció como director general Comercial en Orange y director general de la Unidad de Negocio de Particulares en Vodafone. Antes de su nombramiento como CEO de Finetwork en abril de 2023 había estado los últimos cinco años en Catar, donde asesoró al operador Ooredoo en su preparación para el Mundial de fútbol y fue miembro del consejo del digitalizador local Starlink.

Los retos del nuevo CEO de Finetwork

El gran cambio con el paso a OMV es que a partir de ahora, más allá de tener código y numeración propia, Finetwork tendrá más libertad para, entre otras cosas, diseñar sus políticas comerciales y establecer el precio de sus tarifas. Una responsabilidad que recaerá en el nuevo CEO, que tendrá que lidiar con un contexto complicado, en el que las 'telecos' están librando una auténtica guerra de precios para intentar arañar más clientes.

La postura de la empresa con Vilda al frente ya era conocida: no querían avivar esa batalla. "Hay operadores con tarifas muy agresivas, que no siempre comunican de forma transparente a los clientes. En nuestro caso tenemos un acuerdo mayorista -con Vodafone- que implica unos costes que tenemos que respetar, pero siempre seremos competitivos en el mercado. Aunque no vamos a ser necesariamente los que tengamos los precios más baratos, si eso implica afectar a la experiencia de nuestros clientes o hacer que la empresa no sea sostenible".

Esta por ver si la llegada de su sustituto cambiará en algo esta visión. Y también si el futuro primer ejecutivo de Finetwork tendrá que gestionar la entrada de la compañía en un "proceso de consolidación", que el propio Vilda aseguró que estarían dispuestos a estudiar si se presentaba la oportunidad.

"En 2022 Finetwork exploró el mercado para una posible venta pública, pero ahora mismo nuestras ambiciones no tienen nada que ver con eso. No estamos en un proceso de venta proactiva, pero sí estamos dispuestos a participar en un proceso de consolidación si en un momento dado un determinado fondo de inversión o una compañía quieren crear una nueva marca que aglutine a todas las compañías de nuestro tamaño. Ahí sí estaríamos abiertos a hablar", resumió el ex-consejero delegado en la misma rueda de prensa de noviembre.

Con todo, Vilda ya detalló que los accionistas de la operadora están "muy tranquilos" porque consideran que en un futuro el valor de Finetwork seguirá creciendo si se mantiene la evolución actual, algo que les daría más fuerza a la hora de encarar una operación de este tipo. A día de hoy la estimación interna de la compañía es que Finetwork tiene un valor de mercado de entre 325 y 422 millones de euros.

En lo que no parece que vaya a haber marcha atrás es en la decisión de seguir recortando la inversión en patrocinios, que les han llevado a tener como imagen, entre otras, al mismísimo Fernando Alonso. En un primer momento la empresa apostó fuerte por ellos para darse a conocer, pero en 2023 Finetwork lo redujo en un 30%, y en 2024, en otro 65%. Es la mejor demostración de que la marca ya ha entrado en una nueva etapa, en la que Vilda ya no participará.