La muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025 ha llevado a que los cardenales eligen al nuevo pontífice, lo que ha vuelto a levantar la curiosidad en torno a la gestión interna de El Vaticano hasta el punto que muchos se preguntan cuál es el salario de los grandes dignatarios eclesiásticos y qué pueden obtener como beneficios al ser parte de la Curia Romana.

El papel de los cardenales en la economía de El Vaticano

Las funciones de los cardenales son las más altas en el escalón jerárquico eclesial, sólo después del Papa. Por tal razón, su trabajo no es sólo espiritual y administrativo, sino también determinante en el día a día de las decisiones de la Santa Sede. Reconocimiento a su trabajo para el cual les retribuyen económica mente a través de un salario mensual que oscila entre 4.000 y 5.000 euros -en función de su trabajo específico y antigüedad en la Curia-.

Beneficios que van más allá del sueldo

Además del salario base, los cardenales cuentan con ventajas económicas que les permiten vivir cómodamente. Viven en e El Vaticano o en los alrededores con precios sociales muy bajos, tienen tiendas a su disposición (tiendas para el clero) donde los precios son reducidos y reciben asistencia médica gratuita. En el fondo, se trata de un sistema que garantiza la estabilidad económica de aquellas personas que pertenecen a esa restringida élite religiosa.

Diferencias salariales dentro de la Santa Sede

El Vaticano también tiene trabajadores laicos que llevan a cabo actividades administrativas, logísticas o de seguridad y que reciben sueldos que varían de acuerdo al puesto que ocupan y a los años de experiencia; se sitúan en un margen que pasa desde los 1.200 euros hasta los 3.000 mensuales. En cuanto a los sacerdotes y obispos que no pertenecen al colegio cardenalicio, sus sueldos oscilan de 1.500 a 2.500 euros al mes.

Condiciones laborales y jerarquía

La organización jerárquica de El Vaticano se traduce también en salarios y beneficios, de forma que a mayor rango corresponden mejores condiciones laborales. Mientras tanto los laicos y religiosos de menor rango tienen acceso restringido a determinados servicios, los cardenales son beneficiados con privilegios adicionales. Dicha diferencia responde igualmente al grado de responsabilidad asumido y a la cercanía que los cardenales pueden llegar a tener con respecto al centro de la toma de decisiones vaticanas.

Recortes salariales a cardenales

En 2021, en relación a la situación hacia la que nos llevó el coronavirus, el Papa Francisco dispuso la eliminación del 10% de las cantidades percibidas por los cardenales y los directores de los organismos vaticanos. De ese modo se pretendía equilibrar el proceso del dinero al interno de El Vaticano sin subordinar a los colaboradores con menos sueldos. En 2024, se llevaron a cabo nuevos recortes en cuanto a los complementos y bonificaciones.

Una política económica basada en la moderación

La época del Papa Francisco se ha caracterizado por una gestión más austera de los recursos de la Santa Sede. A los mandos de la dirección de El Vaticano se optó por una administración más transparente y ajustada por lo que se redujeron gastos innecesarios y se fomentó el uso correcto de los fondos obtenidos de las donaciones, del turismo religioso, de la venta de monedas y del Óbolo de San Pedro.

El Vaticano, no sólo es un centro espiritual, sino que también es un Estado que mantiene su sistema económico. En dicho sistema los cardenales mantienen el más alto nivel de responsabilidad y, por tanto, gozan de salarios y beneficios acordes a su rango. En el contexto de un cónclave que está por arribarnos, esos detalles cobran una dimensión mayor.