Es el flanco débil de la Unión Europea. Al menos uno de ellos. Quedó en evidencia tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022 y se ha vuelto a evidenciar en el último acuerdo arancelario con los EEUU. En el primer caso, aplicar sanciones energéticas a Rusia supuso tener que buscar alternativas para contrarrestar el elevado nivel de dependencia de gas que Europa tenía con Putin. En el segundo, la atadura y dependencia como gran suministrador de GNL y petróleo se rubrica ahora con Trump para al menos los próximos tres años.

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La dependencia energética de los 27 países de la UE es muy alta. Según el último Indice de Soberanía Energética publicado el año pasado, en su conjunto la UE registra un bajo nivel de autonomía energética, apenas un 4 sobre 10. Más aún, en 17 Estados miembros este barómetro de suficiencia energética les sitúa por debajo del aprobado y en muchos casos en el muy deficiente. La puntuación de países como Italia apenas es de un 1,9 sobre diez, de un 1,4 en Bélgica, un 2 en Portugal o de un 0 en Luxemburgo. En el caso de España la puntuación que se le asigna es de un 3,4.  

Donald Trump lo sabía y lo empleó como arma negociadora para alcanzar el acuerdo arancelario por el que los países de la UE pagarán un arancel del 15% en sus exportaciones a los EEUU y además se comprometerán a comprarle productos energéticos por un montante de 750.000 millones de dólares en los próximos tres años. De este modo, los EEUU pasarán a ser aún más el gran suministrador energético de la UE, relevando así a Rusia. En años como 2021 Rusia llegó a suministrar el 40% del gas importado por los europeos. Actualmente apenas supone el 8%.

Gas noruego, catarí...

¿De dónde procede la energía que consumen los miembros de la UE? Actualmente prácticamente la mitad del gas natural licuado que llega a la UE procede de Estados Unidos. Habrá que ver si ese porcentaje se incrementa aún más tras el acuerdo arancelario. En el caso del gas natural es Noruega el principal proveedor para el conjunto de la UE. Provee del 52% del total, seguida por Argelia, a través de sus gasoductos, que suministra un 19%.

Según Eurostat, el año pasado los 27 países de la UE compraron 375.900 millones de euros en “productos energéticos” a EEUU. En los últimos meses, la estrategia de ir reduciendo la compra de gas ruso ha ido traduciéndose en más importaciones de gas estadounidense. El viraje ha sido tal que en meses como marzo de este año, la UE registró un porcentaje de importación de GNL de EEUU que representó el 77% del total adquirido en el exterior de la Unión.

Pese a ser el principal no es el único gas que consumimos en Europa. Países como Qatar o Argelia también figuran como grandes suministradores de gas. En España el gas que consumimos procede de 14 países. Además de Argelia, Rusia y EEUU, en la lista se incluyen proveedores menores como Qatar, Congo, Angola, Nigeria, Noruega o Trinidad.

Carbón de Australia

En el caso del Petróleo, Estados Unidos y Noruega vuelven a figurar como dos ‘clientes’ clave para la estabilidad energética de los europeos. Suministran respetivamente el 15% y 14% del petróleo que se importa.

En el caso de otros combustibles fósiles, con menor peso en el ‘mix’ energético, el carbón que aún se consume en la UE procede en un porcentaje elevado, el 33% de Australia. También figura EEUU entre los proveedores, con un 31%, así como Colombia (16%), Sudáfrica (7%) o el carbón procedente de Kazajistán (6,5%).  

Es precisamente la apuesta por las energías renovables una de las vías por la que los expertos ven una salida para reducir la dependencia energética comunitaria. Actualmente el 'mix energético' de la UE está compuesto en un 47% por energías renovables, un 29% por energías fósiles y un 24% por energía nuclear. La apuesta por las energías renovables que de modo autónomo pueden generar los Estados empieza a visibilizarse. En el caso de España lo hace con sus elevados índices de renovables, que el año pasado ya supusieron el 56% de la energía consumida y que en el conjunto de la UE ha aumentado en apenas seis años en casi trece puntos, al pasar de representar el 34% en 2019 al 47% actual.

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