Desde enero hasta junio de 2025, el número de parados se ha reducido en 154.755 personas, hasta los 2.405.963. Sin embargo, este descenso en el número de parados no se ha visto acompañado de una reducción en el gasto por prestaciones al desempleo. De hecho, ha experimentado un incremento del 6,8% respecto al primer semestre de 2024. En concreto, entre enero y junio de 2024, la cobertura del sistema en la protección por desempleo alcanzó los 11.376,727 millones de euros. En el mismo periodo de 2025, el monto final se ha situado en los 12.154,52 millones de euros, lo que supone una diferencia de 777,793 millones, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

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Este aumento del gasto público se explica por cuatro factores fundamentales. El primero responde a la elevación de la cuantía media de la prestación. Mientras que en el primer semestre de 2024 la media era de 981 euros, en el primer semestre de 2025 ha sido de 1.007 euros.

Este incremento no solo obedece a que los nuevos beneficiarios de la prestación provengan de empleos con remuneraciones más altas y con mayores periodos de cotización acumulados que los perceptores previos. También se explica porque la reducción del paro juvenil ha sido más intensa que entre los mayores de 25 años, un -9,8% y un -5,7%, respectivamente. Al disminuir el peso de los jóvenes —cuyos salarios y periodos de cotización son habitualmente más bajos— en el conjunto de perceptores, la cuantía media de las prestaciones se eleva.

El segundo factor clave es el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Desde enero de 2024 ha pasado de los 1.080 euros mensuales hasta los 1.184 euros actuales, un alza del 9,6%. En términos anuales, ha supuesto un incremento de 1.454 euros brutos, desde los 15.120 a los 16.574 euros brutos. En este sentido, España se clasifica como el séptimo país de la Unión Europea con el mayor SMI, de acuerdo con los últimos datos publicados por Eurostat. Solo por detrás de Luxemburgo (2.704 euros mensuales), Irlanda (2.281 euros), Holanda (2.193 euros), Alemania (2.161 euros), Bélgica (2.070) y Francia (1.802 euros).

En tercer lugar, el aumento del gasto en prestaciones de desempleo responde al bajo salario modal. Es decir, el salario que más se repite entre los españoles. Según el último dato disponible del INE (Instituto Nacional de Estadísticas), se situaba en los 15.575 euros anuales a cierre de 2023. Este salario tan bajo es un incentivo más para cobrar el paro, ya que la diferencia entre cobrar la prestación por desempleo y cobrar el salario normal no es tan distinta.

El último factor es el aumento de la figura del fijo discontinuo, que durante los periodos de inactividad puede ir acumulando años suficientes de cotización hasta poder cobrar el paro, pero no computa como parado oficial. Según los datos del Ministerio de Trabajo, existen 747.046 personas inscritas como "demandantes con relación laboral". Si se añadieran, los parados pasarían de 2,4 millones a 3,15 millones.

Se ha ejecutado el 60% del presupuesto

En términos presupuestarios, la presión sobre el sistema también resulta evidente. El presupuesto del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para 2025 contempla un gasto total de 20.877,7 millones de euros en prestaciones por desempleo. Esta dotación prevista evidencia la magnitud del reto financiero que supone garantizar prestaciones sostenibles frente al aumento de la cuantía media y la evolución demográfica de los perceptores.

Sin embargo, el ritmo de ejecución muestra una intensidad superior a la prevista. En solo seis meses se ha consumido el 59,36% del presupuesto. Esta cifra supone un avance en la ejecución presupuestaria casi cuatro puntos superior al del mismo periodo de 2024, cuando a cierre de junio se había ejecutado el 55,42% de la partida. De mantenerse esta tendencia, el SEPE podría encontrarse con una presión adicional en la segunda mitad del ejercicio.

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