Acceder a una pensión sin haber cotizado en ningún momento puede parecer una utopía, pero existe una prestación a la que se puede acceder sin haber trabajado oficialmente ni contando con días de cotización que exige la Seguridad Social; en el 2025 esta prestación consiste en 564 euros mensuales mediante catorce pagas, lo cual alivia a miles de personas en situación de vulnerabilidad social.

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Pensiones no contributivas de jubilación

La pensión no contributiva de jubilación está destinada a personas de 65 años o más que carecen de derecho a una pensión contributiva. Para acceder a ésta, es necesario tener al menos acreditado 10 años de residencia acreditada en España a partir de los 16 años, de los cuales dos deberán ser consecutivos y en relación con la solicitud inmediatamente anterior.

Además, quienes solicitan esta pensión deberán cumplir estrictos límites económicos. Así, si se vive solo el nivel de ingresos no debe superar los 7.905,80 euros por año. Cuando se cohabita con algún familiar, se determina la pensión en función del patrimonio de la unidad que cohabite con él, siguiendo umbrales que varían según la composición del grupo y sus ingresos, entre otros condicionantes.

Cuantía mensual y forma de abono

La pensión no contributiva de jubilación garantiza en el año 2025 una cantidad en forma de 7.905,80 euros anuales. La misma se distribuye en 14 mensualidades, dos de las cuales llegan en junio y noviembre, lo que equivale a un promedio de 564,70 euros mensuales.

La idea es que ningún anciano carezca de protección porque no tenga una carrera laboral. Si bien esta cantidad no puede equipararse a una pensión contributiva promedio, sí que es una ayuda económica considerable para atravesar la fase del retiro.

Pensión no contributiva de invalidez

La pensión no contributiva de invalidez se otorga a personas de 18 a 65 años de edad con discapacidad igual o superior al 65%. También exige residencia en España durante al menos cinco años, de los cuales dos consecutivos, y que deben ir inmediatamente antes de la solicitud.

Como en el caso de la jubilación, también se impone un umbral de ingresos, umbrales que garantizan que solo las personas realmente necesitadas reciban esta ayuda. El cálculo se adapta además a la circunstancia de que convivan solas o que se conviva en familia.

Importe y características del pago

El importe anual es el mismo que el de la pensión no contributiva, 7.905,80 euros; el sistema distribuye a su vez la cantidad en 14 pagas, garantizando que la persona reciba 564,70 euros mensuales. Esta prestación es un camino para encontrar estabilidad económica para aquellas personas con una discapacidad que no pudieron acceder a la formación del mercado de trabajo o no hicieron suficientes aportaciones. Así el sistema de protección social en el Estado cubre un amplio espectro de situaciones sociales y lo hace priorizando la coherencia y la inclusión.

El rol social de estas pensiones

El sistema de pensiones no contributivas funciona como una red de protección en una situación de falta de cotización, a aquellas personas que no han trabajado nunca oficialmente o que no han cotizado lo suficiente. Se trata de una fórmula que busca evitar la exclusión social garantizando ingresos mínimos a los colectivos en situación de riesgo.

Estas pensiones no dependen de la carrera laboral, sino de la situación personal y económica del solicitante. Por lo tanto, cumplen una función clave en la cohesión social y contra la pobreza.

Un apoyo económico a largo plazo

Si bien el nivel de la pensión no contributiva no es elevado en comparación con las pensiones contributivas medias sí garantiza una atención constante y estable; el contar con dos pagas extra en el año permite afrontar gastos de tipo imprevisto. La cobertura conseguida permite asegurar que ninguna persona quede completamente desprotegida por la falta de cotización.

La existencia de la pensión no contributiva aporta una vertiente de compromiso del Estado acogiendo a aquellas personas que más lo necesitan y permite un acceso, incluso sin carrera laboral, a una renta fija en los casos de vejez o de la discapacidad.

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