El saldo de la deuda de las Administraciones Públicas se ha situado en el 102,3% del PIB a cierre de julio de 2025, según el avance que ha publicado este miércoles el Banco de España. Se trata de una reducción de 1,9 puntos porcentuales respecto de julio de 2024. Sin embargo, este alivio no implica que España deba menos, sino que la economía crece más deprisa que la deuda. Como la ratio se calcula dividiendo la deuda entre el PIB, cuando el denominador —la riqueza del país— aumenta, el porcentaje se reduce incluso aunque la deuda en euros siga subiendo. De hecho, el endeudamiento ha alcanzado los 1,68 billones de euros, un 3,9% más que hace un año. Un dato que llega apenas un día después de que el propio Banco de España haya advertido que el gasto neto —cuando se descuentan del gasto los intereses de la deuda— superará los límites marcados por Bruselas en el presente ejercicio.

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Al analizar la evolución por subsectores, se observa que la Seguridad Social es el eslabón más débil. Su deuda ha ascendido en julio hasta los 126.000 millones de euros, tras dispararse un 8,6% interanual. Se trata del mayor incremento entre todas las administraciones, lo que refleja el creciente desequilibrio del sistema de pensiones, que depende de las transferencias del Estado para cuadrar sus cuentas.

En la misma línea, aunque a menor ritmo, la deuda del Estado y de las comunidades autónomas ha crecido, un 4,1% y un 1,6%, respectivamente. En contraste, los ayuntamientos han logrado reducir su deuda un 1,6% y, en el caso de las otras unidades de la Administración Central —donde se sitúan la SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), el FADE (Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico) o el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria); entre otros— lo han hecho en un 8,5%, hasta los 35.000 millones de euros.

Este incremento en las necesidades de financiación de la Seguridad Social, canalizadas a través de las transferencias del Estado, evidencia la quiebra del sistema como un modelo contributivo, basado en que las cotizaciones sociales sostengan las prestaciones sin recurrir a la caja común. La combinación de una cuantía media de las pensiones cada vez más elevada y la jubilación masiva de la generación del baby boom están tensionando las cuentas de la Seguridad Social hasta el punto de que las cotizaciones sociales han pasado de representar el 84,5% de los ingresos corrientes totales de la Seguridad Social en 2018 al 72,6%. Y ello a pesar de que la recaudación por cotizaciones se ha incrementado un 54% en este tiempo. Un esfuerzo que ha supuesto un aumento del 30,3% en el coste laboral soportado por los empresarios.

Advertencia del Banco de España

En el informe trimestral que ha publicado este martes el Banco de España, se ha revisado a la baja en tres décimas el déficit público para 2025 hasta el 2,5% del PIB —2,3% si se excluyen los gastos asociados a la DANA—, "como consecuencia de la evolución favorable de los ingresos públicos, ligada en parte al mayor dinamismo de la actividad económica, y pese a un crecimiento de los gastos también algo mayor de lo esperado".

Sin embargo, para el gasto neto computable —el indicador que usa Bruselas y que mide el gasto estructural del Estado sin intereses de la deuda ni partidas excepcionales—, la autoridad bancaria ha estimado que alcanzará entre un 4,4% y un 5,1% en 2025. Un dato que se sitúa por encima del 3,7% de crecimiento máximo comprometido para 2025 que el Gobierno presentó en su Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo (PFEMP). En esta misma línea, en los siguientes años, "el gasto neto computable crecería en torno al 4%, también por encima de los límites del plan fiscal —3,5% y 3,2% en 2026 y 2027, respectivamente—".

Además, la ratio de deuda pública "se reduciría marginalmente, desde el 101,8% en 2024 al 100,7% a finales de este año y al 100% en 2027". Unas proyecciones del Banco que supondrían que el Gobierno no cumpliría con la propia senda que definió en su PFEMP, cuando estimó que cerraría 2026 con una deuda bruta en el 100,1% del PIB y en 2027 con una deuda en el 98,4%. Todo ello pese a que la economía española se encuentra en una fase expansiva de récord histórico de recaduacion impositiva y con un mercado laboral que ha superado la marca de 22 millones de afiliados a la Seguridad Social.

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