Al darte de alta como autónomo o contratar empleados para el centro de trabajo estás obligado a elegir una mutua. ¿Qué son? ¿Para qué sirven?

Las mutuas son asociaciones sin ánimo de lucro que colaboran con el sistema de Seguridad Social en la gestión de importantes prestaciones del sistema, como son las contingencias profesionales, la incapacidad temporal o el cese de actividad de los trabajadores autónomos.

Entre las funciones de las mutuas, estas asociaciones han asumido la gestión de la prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes, las prestaciones de riesgo durante el embarazo y riesgo durante la lactancia natural, el cese de actividad de los trabajadores autónomos y la prestación de cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave.

Relación de las mutuas y los autónomos

Según explica la revista oficial de la Seguridad Social, sólo existe una cobertura a la que los autónomos están obligados a cubrir mediante mutua: la incapacidad temporal por contingencia común. El resto de prestaciones que hemos comentado con anterioridad son, para la mayoría de los autónomos, voluntarias, y puede accederse a ellas mediante entidad gestora de la Seguridad Social o, en su defecto, en una mutua. Lógicamente, si el autónomo no las escoge y no cotiza por ellas, no se tendrá acceso posteriormente a estas coberturas.

Por tanto, la financiación de estas entidades proviene de las cuotas de contingencias profesionales y de contingencias comunes que se aportan por los trabajadores. Según desgrana la revista de la Seguridad Social, las contingencias profesionales se financian por primas de accidentes de trabajo que aporta el empresario. Para la cotización por accidente de trabajo y enfermedades profesionales se aplica una tarifa en función de la actividad económica de la empresa. Por último, las contingencias comunes se derivan de un porcentaje sobre contingencias comunes a cargo de empresarios y trabajadores.

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