En los últimos años la cifra de autónomos se ha ido incrementando en todo el mundo. Esto se debe, especialmente, a la incorporación de trabajadores jóvenes o emprendedores que comienzan actividades por cuenta propia. Pero, lo que en principio se veía como una buena noticia puede que no sea tan positiva como parece.

Según el informe “Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo. Cuarta Edición. Estimaciones actualizadas y análisis”, de la Organización Mundial del Trabajo, este aumento de jóvenes autónomos está más relacionado con el trabajo precario que con actividades exitosas.

El documento recoge datos de las situaciones de informalidad laboral, que se dan sobre todo en países con niveles de ingresos bajos o medianos bajos, afectando tanto a las zonas rurales como a las urbanas. En algunas de estas regiones, incluso, se supera el 95% de jóvenes afectados por esta situación.

Sin ir más lejos basta con ver la media de África, que es el continente con mayor índice de informalidad laboral. Allí la cifra la cifra alcanza los 93,4 puntos porcentuales. Le siguen Asia y el Pacífico con un 84,4% cada uno.

Atendiendo a la situación del continente africano, también destaca con respecto al trabajo por cuenta propia de los jóvenes. Mientras que la media mundial se sitúa en el 39,8%, África cuenta con el 70,1%. La diferencia es abismal, por ejemplo, con respecto a Europa o Asia Central, en donde la media supone el 10,8%.

Diferencias que certifican la mala situación del autónomo joven

Los jóvenes empleados, además, no se encuentran en la misma situación que los adultos en lo que respecta a sus ingresos. De hecho, según los datos manejados por el informe de la OIT, los adultos estarían cobrando hasta un 71% más de media. Estas cifras se han recogido en un total de 64 países que representan, aproximadamente, al 30% de estos jóvenes empleados.

Esta situación expone a los jóvenes, además, a una muy mala situación. No solo queda de manifiesto que trabajan en los sectores con peores remuneraciones sino que, además, esto les supone problemas a la hora de tratar de ahorrar.

El análisis recogido en el documento señala que se trata de trabajadores muy vulnerables ya que, no disponen de ahorros previos (por su poca edad y experiencia) y, además, se encuentran realizando actividad peor pagadas y que, en muchos casos, se han visto afectadas recientemente por la irrupción del coronavirus.