La tregua alcanzada este miércoles por ERC y JxCat para seguir negociando la formación de un gobierno independentista no ha llegado a las redes. Mientras los partidos intentan reconducir la crisis y las entidades independentistas presionan con la convocatoria de una concentración, este sábado, en la Plaza Sant Jaume, los puñales en 240 caracteres siguen volando entre dirigentes y militantes independentistas.

De hecho, el propio acuerdo ha recogido no pocas críticas, especialmente entre las filas del partido de Carles Puigdemont. Uno de los más contundentes, Ramon Cotarelo descalifica el acuerdo de mínimos exhibido por JxCat, ERC y la CUP en el Parlament. Un pacto que tacha de "bla, bla, bla erki i cupaire".

Pocas horas antes de producirse el encuentro, uno de los máximos representantes de Junts, Joan Canadell, acusaba a Esquerra de buscar el apoyo de socialistas o incluso Ciudadanos para conseguir el anunciado gobierno en solitario. Es uno de los argumentos reiterados desde el entorno de JxCat: Una supuesta oferta del PSOE que, tras las elecciones del 4M, habría ofrecido los votos del PSC para investir a Pere Aragonès y amarrar así los votos de ERC en el Congreso.

Más allá del rechazo al reencuentro escenificado por los tres partidos independentistas, seguidores de Junts y Esquerra se recriminan hasta la náusea las supuestas traiciones de uno y otro partido. Los de Puigdemont acusan a ERC de haberse "vendido al régimen" y de ser los auténticos herederos del pujolismo, que aspiran a perpetuar con 20 años más de autonomismo.

Se acogen para ello a un artículo publicado por Oriol Junqueras en El Periódico. Afirmaba en él que los independentistas "tenemos que planificar los cambios pensando a 10 y a 20 años vista" porque "los grandes cambios de fondo requieren pensar a largo plazo".

"Junqueras, púdrete en prisión"

Desde las filas de ERC todavía no han digerido la concentración protagonizada por simpatizantes de Junts, el pasado lunes, a las puertas de la sede republicana. Una concentración en la que se corearon lemas como "Junqueras, traidor, púdrete en prisión", junto al ya habitual "Puigdemont, nuestro president".

Una concentración que desde Esquerra se atribuye a Junts. Señalan especialmente a Josep Lluís Alay, uno de los más directos colaboradores de Carles Puigdemont, director de su oficina de ex president en Barcelona. Tras el anuncio de ruptura escenificado el sábado por Aragonés, Alay llamaba a las calles en respuesta a un tuit de otro fiel a Puigdemont, Lluís Llach -portavoz del Consejo por la República- criticando la comparecencia de Aragonès.

Poco después empezaba a correr por whatsapp un mensaje convocando a la manifestación frente a la sede de ERC. "Basta de traiciones. Somos el 52%, no esperaremos 20 años como dijo Junqueras y no aceptaremos ningún pacto con no independentistas" rezaba el texto promocionado, entre otros, por Mark Serra, otro activista que en su momento concurrió a las primarias de Junts.

Entre los presentes en la manifestación, el presidente de las juventudes de Junts, Anthony Sánchez. Una concentración publicitada después por numerosos perfiles de Junts, entre los que destacó el ex dirigente de Terra Lliure Fredy Bentenachs. El mismo que acudió a fotografiarse con Puigdemont a las puertas de Waterloo.

Silencio de las cúpulas

Aunque lo más criticado en los entornos republicanos ha sido, sin duda, el silencio de los dirigentes de Junts ante las consignas contra Junqueras. Un silencio que los republicanos recriminan amargamente, aunque solo el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, se ha referido abiertamente a la concentración, reproduciendo un tuit que recogía los gritos contra Junqueras bajo la leyenda "esto es Junts per Catalunya".

Ni siquiera los perfiles de los ex consejeros que comparten pena de prisión con el líder de ERC en Lledoners se han referido a la polémica concentración. Sólo la esposa de Josep Rull, Meritxell Lluís, se ha referido a ello para lamentar la referencia a la prisión.

"Desde la absoluta tristeza por la actualidad política de estos días, rechazo y condeno cualquier grito que desee la prisión (larga o no) a un miembro del Govern legítimo" afirma. Una condena que sí ha compartido el portavoz del PDeCat en el Congreso, Ferran Bel.

"Sinceramente, todo muy deprimente. Puedo dicrepar políticamente de ERC y Junqueras, pero este grito es inhumano, cruel, una vergüenza y espero sinceramente que responda a una actitud individual", afirmaba minutos después de que el vídeo empezara a correr por las redes.