La invasión rusa de Ucrania ha tenido un impacto especial en Guissona, la localidad de La Segarra, Lleida, que acoge la mayor comunidad ucraniana de Cataluña, una de las mayores de España. De hecho, uno de cada siete habitantes de Guissona es ucraniano, en un municipio de 7.291 habitantes en el que el 48% de la población es extranjera.

"Rechazamos la invasión bélica y condenamos enérgicamente este ataque que está afectando a las familias de nuestros vecinos", denunciaba el alcalde de Guissona, Jaume Ars, en la primera concentración de rechazo a la invasión. En Guissona conviven 43 nacionalidades, la ucraniana es la segunda más numerosa, solo superada por los vecinos de origen rumano.

La explicación está en el grupo agroalimentario BonArea Corporación, una cooperativa que facturó 1.984 millones de euros en 2021 y que se ha convertido en foco de atracción para la inmigración en esta provincia. El empleo asegurado ha convertido a Guissona en un modelo de integración. "En Guissona no hay problemas de racismo, hay trabajo" confirma Roger, vecino de la localidad.

Acogida en familias

Diez días después de la invasión, Guissona acoge ya a 75 refugiados de Ucrania, ha confirmado este lunes el Ayuntamiento. Se trata de 44 adultos y 31 menores que han sido acogidos por 36 familias de origen ucraniano. La administración municipal ha habilitado en su página web un formulario en el que se pueden inscribir las personas que ofrezcan sus viviendas para ponerlas a disposición de las familias refugiadas.

Los recién llegados han acudido este lunes al salón de plenos del Ayuntamiento, donde una técnica ha informado a los refugiados sobre los trámites necesarios para registrarse en el padrón. Es el primer paso en el camino para regularizar su situación en España, un proceso menos arduo, en principio, que para otros refugiados, gracias al acuerdo de la Unión Europea para acoger a los refugiados de guerra de Ucrania de forma automática en suelo comunitario.

Una parte de los refugiados en Guissona aterrizó este domingo en el primer vuelo fletado para rescatar a ucranianos huidos de la guerra. Un total de 227 personas, la mayoría mujeres y menores viajaban en el vuelo procedente de Varsovia.

Envío de material

La acogida de refugiados, en su mayoría familiares y amigos de los ucranianos residentes en Guissona, es solo una de las caras de la solidaridad desatada en este municipio de Lérida por la invasión rusa. Los vecinos de Guissona han reunido en la última semana 12,5 toneladas de material, entre ropa, mantas, sacos de dormir y alimentos.

El camionero Maksym Demchuk, ha sido el encargado de llevar el material, que ha llegado este lunes a la frontera entre Polonia y Ucrania. Ropa, mantas, sacos de dormir, material sanitario y alimentos enlatados recogidos durante la semana que han recorrido 2.500 kilómetros para llegar a sus destinatarios.

El alcalde de Guissona, ha agradecido la solidaridad de sus vecinos, pero ha hecho un llamamiento a paralizarla y valorar qué materiales son más necesarios. Ars ha advertido, como han hecho ya muchas entidades, la necesidad vehicular la ayuda a través de las ONG con personal sobre el terreno, preferiblemente con donaciones económicas.

Según el Ayuntamiento, en cuestión de quince días está previsto que finalice la recogida y se proponga a las personas y empresas que quieran colaborar con la causa, que lo hagan a través de una cuenta que se ha abierto con el objetivo de recaudar fondos para ayudar a las personas refugiadas.