Ha sido una evolución desigual pero al alza en los últimos meses. El precio de la vivienda en España continúa convirtiéndola en una buena inversión y en una compra cada vez más cara. En los últimos siete años el precio medio de la vivienda nueva y usada se ha revalorizado un 31 %. El mínimo se alcanzó tras la crisis financiera, en febrero 2015. Pese a ello, aún se mantiene un 21,9 % por debajo de los máximos que alcanzó en 2007, poco antes de que estallara la burbuja inmobiliaria.

El precio medio de la vivienda nueva y usada subió en mayo un 1,1 % respecto al mes anterior y un 8,4 % en comparación al mismo mes de 2021, con lo que ya acumula once meses de crecimiento interanual, según la tasadora Tinsa.

El crecimiento continúa impulsado en gran medida por la evolución de los precios en las capitales y grandes ciudades, que mantiene una intensidad similar a la registrada en abril. También en las áreas metropolitanas y resto de municipios la evolución es al alza, mientras que los precios de la vivienda en la costa mediterránea y Baleares y Canarias permanecen estables.

"Se sostiene el impulso de los precios en los polos de actividad. Los grupos de capitales y grandes ciudades y áreas metropolitanas, que fueron los que más tardaron inicialmente en recuperar los niveles previos a la pandemia, son los que crecen en mayo con mayor intensidad", explica Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa.

Condiciones de las hipotecas

La demanda en los primeros meses de 2022 se ha mantenido activa, con transacciones de compraventas que mantienen el impulso de 2021 y una concesión de hipotecas que crece de manera equilibrada.

Aún así la tasadora espera que durante el año la persistencia de la inflación erosione el poder adquisitivo de los hogares y endurezca la concesión de nuevas hipotecas ante el mayor riesgo percibido por las entidades financieras, lo que, unido a la subida de tipos por parte de los bancos centrales, impactaría en las decisiones de compra de vivienda, desacelerando la demanda y suavizando con ello el incremento de los precios del producto residencial.

En cuanto a la oferta de obra nueva, Cristina Arias destaca que se mantiene en cifras limitadas, lo que restringe el crecimiento del parque de viviendas y genera tensiones alcistas en los precios que pueden persistir en los polos de actividad, donde las zonas están más densamente pobladas y existe más competencia por el espacio.